El médico y referente social analizó el fenómeno global de la disminución en los nacimientos y criticó con dureza las respuestas estatales que buscan revertirlo. “No tengo la solución, pero lo que escucho me preocupa profundamente”, advirtió. Además, reflexionó sobre inmigración, distopías políticas y el abuso del ius sanguinis.

El Dr. Mario Sebastiani, reconocido médico y voz autorizada en temas de salud y sociedad, abordó con franqueza el debate global sobre la drástica caída de la tasa de natalidad. En diálogo con Noticias y Protagonistas (FM 99.9), advirtió: “Pasamos del pánico por la sobrepoblación al pánico por la falta de nacimientos. Pero el pánico no permite pensar”.
Con una mirada crítica, Sebastiani explicó que “la maternidad donde yo trabajo tiene 50% menos de partos, cuando la caída general es del 40%. Es muy significativo”. Sin embargo, sostuvo que “no tengo la solución para revertir esto. Las sociedades cambian, y hay que entender que lo que hicimos en el último siglo fue permitir que la mujer se incorpore plenamente a la sociedad. Hoy ya no se ve solo como madre o cuidadora, y eso es irreversible”.
Frente a políticas que apuntan a aumentar los nacimientos, fue tajante: “Lo que me preocupa son las soluciones políticas que escucho. En Rusia, por ejemplo, les ofrecen dinero a las adolescentes embarazadas para que sigan con su gestación. En vez de darles un proyecto de vida, de formación o empleo, les piden que se queden en la casa criando hijos. Eso me parece aberrante”.
También mencionó casos como Hungría y Polonia, donde “se subsidia a quienes ya tienen dos hijos para que tengan más. Saben que no van a convencer a las que no tienen hijos, entonces apuntan a las que ya son madres”. Recordó además un planteo de hace años en Europa del Norte, donde un ministro afirmó que “las parejas debían tener un hijo para ellas y otro para la nación”.
Sebastiani alertó que estas estrategias no son nuevas y ya han fracasado. “Trump quiere ofrecer 5.000 dólares por embarazo. En Argentina se ataca la ley del aborto y no se proveen insumos anticonceptivos. Estas son respuestas cortoplacistas de políticos que no saben cómo resolver el problema”, sentenció.
Consultado sobre el impacto migratorio y los cambios demográficos, subrayó: “No hay evidencia científica de que la humanidad vaya a desaparecer por baja natalidad. Sí sabemos que las sociedades están cambiando su fisonomía. Hoy en Europa hay más islámicos que católicos o judíos en algunos países. Eso genera tensiones, pero estamos en una globalización poblacional que no se puede revertir”.
En relación a Argentina, destacó que “tenemos una inmigración que se ocupa de trabajos que muchos no quieren: cultivos, recolección, construcción. Bolivianos y peruanos trabajan muy bien. Entonces, ¿por qué esta persecución al inmigrante? Porque el blanco empieza a verse como minoría. Pero esto ya está sucediendo, y hay que administrarlo con educación y sin racismo”.
Finalmente, al hablar sobre la nacionalidad italiana y el uso político del pasaporte europeo, Sebastiani fue muy claro: “La tercera ciudad con más votantes italianos es Argentina. Si los 800.000 con ciudadanía votaran, podrían hacer caer un gobierno. Hubo un abuso del ius sanguinis. Muchos lo pidieron para trabajar en Europa o entrar a EE.UU. sin visa, no por una cuestión cultural”.
El médico cerró con una advertencia sobre el escenario bélico que comienza a delinearse en Europa: “Alemania, Francia, Italia se están rearmando. La guerra es una sociedad anónima que mueve la economía. Si pusimos a nuestros hijos el pasaporte europeo, ¿qué haremos si los llaman a combatir?”.
Con una mirada lúcida, Sebastiani resumió: “El mundo cambia. Las sociedades cambian. Y la gente actúa individualmente. No podemos pensar que todo se resolverá con medidas de otro siglo”.