La abogada de la DAIA en la causa por el avión iraní señaló que todo lo que sucedió en este caso tiene similitudes con el accionar de la red de espionaje que se había montado en Buenos Aires en los años 90: “es rarísimo que quienes fueron miembros de una fuerza terrorista y gente vinculada al área militar de Venezuela, se hayan convertido en fleteros poco exitosos”.
La investigación por el arribo a nuestro país del avión iraní comienza a encontrar indicios de muchos temas que debían haber sido investigados desde un primer momento. Uno de los organismos que está impulsando ese avance es la DAIA, cuya abogada es la Dra. Marta Nercellas.
En diálogo con la 99.9, la letrada explicó que “impresiona es que se den respuestas o excusas antes de hacer una investigación. Desde que el avión tocó tierra, hay razones suficientes para investigar. En la cadena de titularidades había pertenecido al país al que nosotros les estamos reclamando prófugos, que nunca nos contestó los exhortos. Una vez que tenemos algo de donde podemos empezar a ver que sucedió, no podían ser ellos, los políticos del gobierno quienes excusaran a los pilotos y al avión”.
A partir de ahí, se comenzó a avanzar por la vía que se debe, pero indicó que hay entidades importantes que todavía no están colaborando lo suficiente: “la investigación se está haciendo y la justicia lo está haciendo correctamente, ahora falta que el resto de las fuerzas de seguridad hagan lo mismo. Se necesita de la inteligencia y todos los elementos que tenemos para saber que ocurrió realmente”.
Entre las múltiples aristas para empezar a buscar información, se encuentra como se solventa el mantenimiento de actualización de un avión que tiene ya varios años de uso: “hay ecuaciones económicas extrañas para la reparación de un avión de 1986 que es antiguo y con tecnología antigua, incluso algunas no compatibles con las que hay en las torres de control actualmente. Hay cuestiones que por lo menos merecen una mirada. Llaman la atención las líneas de titularidades, que el piloto tuviera tarjetas perteneciendo a todas las aerolíneas que fueron propietarios del avión, son cuestiones que despiertan sospechas de para que vinieron y que era lo que estaban haciendo”.
El presidente de la DAIA, Jorge Knoblovitz indicó que habría un delito continuado uniendo el atentado a la embajada, a la AMIA, el crimen de Nisman y este hecho. Al respecto, Nercellas fue más prudente pero habló del montaje de una nueva red de espionaje: “no me animo a respaldar desde lo jurídico la afirmación del presidente, pero sin ninguna duda hay una matriz ideológica que puede unir estos hechos. En algún momento pensé que habíamos logrado quebrar la red de espionaje que se había montado en los 90 en Buenos Aires y esto es una muestra de que se está tratando de montar una nueva línea de espionaje con actividades que camuflan la verdadera intención. En aquél entonces teníamos actividades comerciales detrás de las cuáles estaba la expansión del terrorismo. Es rarísimo que quienes fueron miembros de una fuerza terrorista y gente vinculada al área militar de Venezuela, se hayan convertido en fleteros poco exitosos“.
En ese momento, cuando aterrizó el avión hubo también algunas actitudes sospechosas por parte del propio gobierno y es algo que Nercellas también pide investigar: “se desarmaron todos los sistemas de seguridad como ocurrió con el narcotráfico. Esta tarea de destrucción ¿es por un problema ideológico o de complicidad? Esa es la respuesta que estamos buscando, si son irresponsables cuando salen a justificar antes de investigar o si son cómplices, eso todavía no lo puedo asegurar”.