Martín Ferrá: “El Poder Judicial tiene que cambiar el paradigma en materia de detención y privación de libertad”

El abogado habló en la 99.9 sobre un caso puntual de un delincuente reincidente que fue liberado por el Juzgado de Garantías luego de un violento hecho.

El delito en la ciudad de Mar del Plata es materia frecuente y hay casos donde las personas que tienen condenas múltiples siguen siendo liberados por los juzgados de Garantías y están a su libre albedrío por las calles marplatenses.

Así lo destacó el abogado Martín Ferrá hablando en la 99.9 de un caso específico que sucedió en las últimas horas: “el hecho ocurrió hace menos de dos meses, 38 días, 28 de octubre de 2024, lo vio toda la sociedad porque están los vídeos. Fue en calle 9 de Julio e Islas Malvinas. Un delincuente con frondosos antecedentes, múltiples condenas, condición de reincidente, que había salido en libertad el 6 de abril del 24 por cumplimiento efectivo de la pena, vuelve a cometer un hecho delictivo de gravísimas consecuencias y no hubo más muertos porque la ruleta rusa justo gatilló en el espacio vacío del tambor de este delincuente”.

Luego agregó más detalles del hecho y del autor del mismo: “el delincuente es Alejandro Omar Rodríguez, de 28 años. En esa fecha, el 28 de octubre, un ciudadano, un marplatense honesto, trabajador, de 66 años, cometió el pecado, el error o el delito de detenerse con su camioneta junto a un contenedor para arrojar una pequeña bolsa de escombros. Este delincuente aprovechó la oportunidad para aplicarle un golpe de puño furibundo en la cara, dejarlo semi inconsciente tirado en el suelo, subirse a la camioneta que estaba en marcha y darse a la fuga, no sin antes correr el riesgo de pasar por arriba a la víctima que quedó tendida en la calle. A partir de ahí se da la fuga y a unas cuantas cuadras del lugar choca con dos vehículos, los destruye, sale de la camioneta por la ventanilla porque las puertas quedaron deformadas, los vecinos salen asombrados y al verlo huir lo corren y entre los vecinos y la Prefectura Naval que estaba apostada por la zona, es detenido”.

Lo que más preocupa a Martín Ferrá tiene que ver con la responsabilidad del Poder Judicial en este tipo de historias, que suelen tener además un final trágico: “la paradoja de esto es la puerta giratoria y la ruleta rusa. No hay otro responsable que el Poder Judicial que el día 5 de diciembre, ayer, le otorga la libertad inmediata. Este hombre estaba detenido en la Unidad Penal 44. En este caso no fue el juzgado de garantías cuatro del doctor Tapia sino el juzgado de garantías número seis a cargo de la doctora Lucrecia Bustos. Quiero recalcar la actitud de la fiscal de Automotores, doctora Lorena Yrigoyen, que en todo momento pidió la prisión preventiva de este sujeto. De hecho, estaba en la Unidad Penal 44 y se opuso a la excarcelación. Lamentablemente la jueza de garantías no hizo lugar y este delincuente, que no se resocializó en 38 días, hoy está en la calle con total tranquilidad. Usted imagínese la tranquilidad de esta víctima que todavía no está recuperado de los golpes que recibió. Y ni hablar del impacto de su camioneta, que no sirve más además de los ciudadanos decentes que tenían sus vehículos estacionados en la vereda de sus domicilios que tampoco han podido tener reparación de este hecho. Este hombre está en la calle y yo sinceramente creo que va a volver a delinquir. Alejandro Omar Rodríguez, con varias causas y varias penas, la última la cumplió el 6 de abril del 24 y ya tiene un cumplimiento este mismo año, el 27 de enero del 24, es reincidente y la jueza de garantías le concedió la excarcelación y la inmediata libertad”.

La afectación directa para las víctimas también es algo que el sistema debe tener en cuenta porque los efectos de ese hecho delictivo y violento, son perpetuos: “la víctima no se saca de encima nunca más todo lo que vivió, se lo puedo asegurar. Yo quisiera saber, y sigo insistiendo, que me expliquen cuál es el criterio común. Ya ni siquiera voy con la jueza, voy con el sistema judicial. Este hombre, Alejandro Rodríguez, entre las múltiples causas que tiene, todas por robo y hechos similares, evidentemente es un delincuente nato. Tiene penas, cuatro condenas. Dos condenas de seis meses de prisión, tiene una de un mes de prisión de cumplimiento efectivo y otra de 20 días de prisión efectiva. El robo simple es el que caratula a la jueza, porque no sólo eso, la fiscal pidió robo agravado de automotor y la jueza le bajó la calificación y le puso robo simple. El robo simple tiene de un mes a seis años de prisión”.

La manera de solucionarlo, es cambiando la mirada de la justicia porque sino seguirá sucediendo: “acá no hay más excusas. El Poder Judicial tiene que cambiar el paradigma en materia de detención y privación de libertad. Hablan de la peligrosidad procesal, que puede ser peligro de fuga o entorpecimiento de la investigación. Que cambien el paradigma, que abracen el concepto de peligrosidad social. Este hombre no puede estar en libertad. La jueza de garantías no tendría que haberle dado la libertad por la extrema peligrosidad social que ha demostrado. La cantidad de condenas, la cantidad de hechos delictivos, la violencia desplegada y el riesgo potencial que dejó a toda la sociedad ese día, en ese robo y los choques sucesivos, ameritan que siga detenido hasta el juicio oral y público. El máximo de la pena, porque es reincidente y ya tuvo cuatro condenas anteriores. Aplíquenle los seis años, aplíquenle pautas de conducta de resocialización, como terminar o completar o iniciar sus estudios primarios, secundarios y terciarios. Y hasta que no adquiera dentro de esos seis años de prisión un título habilitante de un arte, oficio o profesión, no se le da por cumplida la pena”.