Martín Montes, integrante de la Unión de Trabajadores de la Enfermería Nacional (UTEN) en Mar del Plata, describió una situación crítica en el Hospital Interzonal General de Agudos: inundaciones permanentes, insumos escasos, precarización laboral y un edificio deteriorado que se mantiene en pie gracias al esfuerzo del personal.

“Trabajar hay que trabajar, así que los colegas de enfermería hacen el mejor esfuerzo que pueden”, comenzó relatando Martín Montes en la FM 99.9, pero advirtió que la realidad del HIGA es alarmante. “Desde ayer está inundado todo el subsuelo, pero no es algo excepcional: cada lluvia copiosa o incluso una tormentita provoca filtraciones, goteras que hay que esquivar o tapar con tachos, y hasta se mojan insumos porque los caños están rotos y hay ventanas quebradas. La vez pasada había soluciones fisiológicas tiradas y desparramadas abajo de las escaleras”, detalló.
El referente de UTEN fue contundente: “Es un desastre el hospital, lamentablemente es un desastre. Y la verdad que enoja mucho, porque después ves a las autoridades sacándose fotos, haciendo recorridas que son puro show. Pintan las paredes por fuera, pero por dentro el hospital está destruido. Hoy por hoy está inoperativo, tendría que funcionar como un hospital de campaña”.
Montes sumó ejemplos de la desidia: “No hay ropa blanca, no hay insumos básicos. Una colega me mandó imágenes de una paciente con una bolsa de colostomía llena, nadando en su materia fecal, porque no había repuesto ni ropa de cama para cambiarla. En la guardia se amontonan pacientes sin saber si van a salir vivos. Y lo peor es que el hospital se convirtió en una sede partidaria de La Cámpora: lo que menos se da es salud a la población”.
El sindicalista apuntó también contra la política sanitaria provincial: “He armado un archivo de videos que parecen una enciclopedia de la decadencia del HIGA. Mientras tanto, inauguraron como siete veces el tomógrafo y no estaba operativo. En Azul, en la Zona Sanitaria Novena, la situación es igual: hospitales provinciales destruidos. Son actores los que se pasean con traje y corbata, saludando y sonriendo, pero cuando los increpás cortan los audios”.
La gravedad no se limita a la infraestructura: “Se habla de venta de turnos, y no me extraña. Tengo el testimonio de una paciente que necesita una cirugía por prolapso y se la vienen pateando. Hasta le insinuaron que podía arreglarse ‘de otra manera’. ¿Qué tiene que venir con el útero colgando para que la operen? Eso me decía. Es un sistema que empuja a la coima”, denunció.
La situación laboral es otra deuda: “Los trabajadores entran como pasantes o becarios, sin seguro ni cobertura. Hay hechos de inseguridad: a la noche la entrada es un lugar oscuro, intransitable, y colegas mujeres tienen que gastar en Uber para poder entrar a su trabajo. Y después escuchás a las autoridades hablando de estabilidad laboral, cuando la realidad es precarización total”.
Montes no ahorró críticas: “Esto no es de ahora, viene año tras año. Es el segundo mandato de Axel Kicillof y de su ministro Nicolás Kreplak, y no hicieron absolutamente nada. Son inoperantes, en el sentido literal de la palabra. Los hospitales de la provincia están destruidos”.
Aun así, reconoció la entrega del personal: “El HIGA funciona gracias a los enfermeros, médicos y administrativos que sienten el hospital y se desviven por sostenerlo. Porque si es por las autoridades competentes, no hay solución para la población”.
Finalmente, subrayó la importancia de visibilizar lo que ocurre: “Mucha gente que no usa el sistema público no se entera. Se quedan con la imagen de una pared pintada y un piso encerado, pero detrás de eso hay un hospital que no está operativo. Por eso agradezco el espacio para mostrar la realidad: la salud es un derecho que se nos está negando”.