Más altos: en 100 años crecimos 10 centímetros

En la Argentina, los varones aumentaron su estatura 3,7 cm más que las mujeres.

AlturaSi el mundo fuera el grado de una escuela, a la hora de formar fila los argentinos nos ubicaríamos entre el tercio de los más altos en la hilera de los varones y en la mitad de la fila de las mujeres, delante de las chilenas, de las brasileñas, de las italianas y hasta de las coreanas: todas son más altas que las argentinas.
Según un estudio que difundió ayer el Imperial College of London, una de las más prestigiosas universidades británicas, hecho junto con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en los últimos 100 años la población mundial incrementó su altura. Ese aumento en la talla significó que los argentinos de hoy sean en promedio 10 centímetros más altos que sus abuelos: en 1914, un hombre medía 162,3 cm y en 2014, 174,6 cm. Es decir que hubo un crecimiento de 12,3 cm en las sucesivas generaciones. Las argentinas, que medían a principios de siglo 150,6 cm, ahora alcanzan los 159,2 cm. O sea, crecieron 8,6 cm respecto de sus antepasadas, y 3,7 cm menos que los hombres actuales.
La alimentación, el aumento en la esperanza de vida y la menor incidencia de enfermedades en la infancia son algunas de las razones que explican por qué las nuevas generaciones son más altas que las de sus abuelos.
La mayor estatura, apunta el estudio, significa vida más sana y más larga. También está asociada con un mayor nivel de educación y de ingresos. En líneas generales, el aumento de la estatura se explica porque las sociedades actuales, en las distintas partes del mundo, cuentan con mayores recursos para enfrentar la vida.
El estudio se hizo con datos recopilados de 200 países y abarca una población de 18 millones de personas. Se considera que es el análisis de estatura más amplio hecho hasta el momento, y abarca la evolución de la talla entre 1914 y 2014.
De todas formas, los datos muestran que en algunos de los países más ricos el aumento en la talla se estancó y el incremento fue mayor en aquellos menos favorecidos.
Por ejemplo, hace un siglo los hombres más altos del planeta eran los suecos, que hoy ocupan el puesto número 15 del ranking. Los noruegos eran los segundos de mayor altura y hoy cayeron al puesto decimotercero. Los Estados Unidos, en tanto, que a principios del siglo XX eran los terceros entre los más altos del mundo, hoy se encuentran en el puesto 37, con el agravante del aumento de la obesidad que se registra en ese país. Sólo incrementaron en seis centímetros su estatura.
Los argentinos estaban en 1914 en el puesto 91, en la mitad de la fila. Un siglo después pasaron a ubicarse entre el tercio de los más altos del planeta, en la posición número 55.
Las argentinas también ganaron en altura, aunque no tanto como ellos. Pasaron del puesto 117 al 96. Con excepción de las holandesas, que ocupan el segundo puesto, con una talla de 168,7 cm, las mujeres más altas del mundo hoy viven en países como Letonia, Estonia, República Checa y Serbia. Las filipinas y las guatemaltecas son las más bajas del planeta, sin alcanzar el metro y medio de altura.
En la mayoría de los países analizados, la estatura sigue en aumento. En el informe se destaca la evolución de algunos países, como Corea del Sur o Irán, que son las naciones en las que la población más creció. En Irán, en un siglo, los hombres aumentaron su estatura unos 16 centímetros. En Corea del Sur, las mujeres, más de 20 centímetros.
La brecha entre las naciones más ricas y las más pobres alcanza los 20 centímetros. En algunos países de África, como Sierra Leona, Uganda y Ruanda, la talla, en un siglo, disminuyó unos cinco centímetros.
“La estatura es un indicador del bienestar de salud y económico de la sociedad. El crecimiento es un espejo de la sociedad, no del individuo sino del grupo poblacional”, apunta a LA NACION Horacio Lejarraga, jefe del Servicio de Crecimiento y Desarrollo del hospital Garrahan y ex presidente de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP)
Lejarraga, que se graduó en la misma universidad que dirigió el estudio junto con la OMS, aporta más datos sobre la Argentina. “Un estudio que hicimos en el país muestra que desde 1938 hasta 1981 los argentinos crecimos a un ritmo de 1,7 centímetros por década. Ese crecimiento coincide con los años del mayor desarrollo industrial. Ese incremento en la talla no se debe sólo a una mejor nutrición, ya que se observa en todas las clases. Esto se debe a mejores condiciones de vida y acceso a la salud. El crecimiento de la población expresa mejor que el producto bruto interno las condiciones de salud y económicas de una nación”, agrega.
Según el especialista, la evolución del crecimiento de un país debería ser adoptada como un indicador de desarrollo, junto con una serie de pautas de la evolución infantil alcanzadas antes de los cinco años. “Datos como a qué edad un chico caminó, a qué edad habló, etcétera, también sirven para predecir el grado de desarrollo de esa sociedad”, agrega.
Más altura, dice el estudio, también tiene sus aspectos negativos: si bien las personas más altas viven más años y la mayor estatura reduce los riesgos de muerte perinatal, también significó un aumento en la incidencia de enfermedades cardíacas y de tumores. “Ese rango de 20 centímetros de altura (que diferencia a las poblaciones más altas de las más bajas) está asociado con una reducción del 17% de los riesgos cardiovasculares, pero también con un incremento de entre el 20 y el 40% de mortalidad por cáncer, dependiendo del país”, se lee en el estudio.
La diferencia de estatura entre hombres y mujeres también se ha incrementado en la Argentina, más que el promedio mundial. Mientras que hace un siglo ellos les llevaban unos 11,7 cm de diferencia, ahora esa brecha pasó a ser de 15.4 cm. A nivel mundial es de 11 centímetros.