Conservadores y laboristas se culpan del avance del separatismo a diez días del referéndum.
El Gobierno británico ofreció el domingo más poderes a Escocia si triunfa el no en el referéndum de independencia del próximo día 18. La oferta fue planteada —aunque, significativamente, de forma genérica, sin ningún detalle— por el ministro del Tesoro y canciller del Exchequer, George Osborne, horas después de que un sondeo sacudiera Westminster al poner por primera vez en ventaja (51% frente a 49%) al voto en favor de la independencia. El sondeo de YouGov para The Sunday Times confirma que el resultado del referéndum resulta impredecible, lo que ya motivó el pasado martes pasado una fuerte caída de la libra esterlina.
El avance del sí ha resultado demoledor en las últimas semanas. A principios de agosto, los sondeos de YouGov otorgaban un muy sólido liderazgo de 22 puntos a los defensores de que Escocia siga formando parte de Reino Unido. Los sondeos empezaron a cambiar contra pronóstico a favor del sí tras el debate cara a cara del pasado 5 de agosto entre el líder independentista del Partido Nacional Escocés (SNP) y ministro principal escocés, Alex Salmond, y el responsable de la campaña unionista, Alistair Darling.
Ahora, el sí obtendría un 51% de los votos frente al 49% del no, una vez que se excluyen los indecisos. Si se tiene en cuenta a los indecisos, el sí también queda por delante: 47% a 45%.El sondeo, el primero creíble que pone a los independentistas en cabeza desde que empezó la campaña, amenaza con provocar una conmoción política y ha generado acusaciones mutuas entre conservadores y laboristas sobre el avance de los partidarios de la independencia. Para los primeros se debe a la falta de garra y la pérdida de credibilidad de los laboristas en Escocia. Para estos, es consecuencia del resquemor por las políticas de ajuste decididas por la coalición de conservadores y liberales-demócratas en Londres.
Hay que tener en cuenta, sin embargo, que el de YouGov es el único sondeo en el que el sí se ha disparado al alza de manera tan pronunciada. Este mismo pasado fin de semana, una encuesta de Panelbase para la campaña del sí daba una ventaja de 52 a 48 al voto a favor de que Escocia siga en Reino Unido.
De todas formas, resulta generalizada la tendencia al alza del sí en el último mes, lo que puede actuar de hecho como revulsivo para la campaña del no y llevar a las urnas a votantes contrarios a la independencia que ya habían dado por descontada la victoria del no y podían haberse visto tentados a quedarse en casa el próximo 18 de septiembre.
Esa tendencia al alza del independentismo, que el martes empezó a poner nervioso al sector financiero, ha provocado también la alarma en la clase política en Londres. Entrevistado en el programa político dominical de la BBC, The Andrew Marr Show, George Osborne prometió más poderes para Escocia “si evita los riesgos de la separación” y rechaza la independencia. Aunque el Gobierno ha ofrecido desde el principio más poder para el Parlamento escocés si no se rompe la unión, la oferta de Osborne pareció una improvisada reacción al sondeo de YouGov porque dejó para “dentro de unos días” el detalle de qué nuevos poderes.
El problema para el sector del no es que un análisis un poco detallado del sondeo de YouGov lleva a pensar que el cambio de tendencia en el voto no tiene solo que ver con la independencia en sí misma o con una Escocia con más poderes dentro de Reino Unido. Más bien parece que entre los votantes está calando uno de los mensajes en los que más insiste la campaña del sí en las últimas semanas: a sabiendas de que la clave del resultado del referéndum está en qué harán los desencantados votantes laboristas, el SNP ha puesto el acento en que la independencia les garantiza que nunca más serán regidos por los conservadores, un partido que gobierna en Reino Unido gracias a los votos que cosecha en Inglaterra.
El Sunday Times asegura que varios ministros creen que David Cameron debería dimitir de inmediato como primer ministro si Escocia vota por la independencia y que hay movimientos en el grupo parlamentario para forzar su marcha si se resiste a irse.
El diario compara la situación de Cameron con la de lord North, el primer ministro que tuvo que dimitir en 1782 después de que la Cámara de los Comunes aprobara una moción de censura contra él por la pérdida de las colonias en América.
El sondeo de YouGov revela que detrás del aumento del independentismo se esconde una profunda desconfianza hacia los políticos de Westminster, y se nutre, sobre todo, de desencantados votantes laboristas que han cambiado en el último mes su intención de voto. Según la encuesta, el 35% de los votantes laboristas se muestran ahora a favor de la independencia, casi el doble que hace un mes. Entre los conservadores, solo un 7% apoyan la independencia y entre los liberales-demócratas, un 16%. Curiosamente, un 18% de los votantes del SNP encuestados dicen que se pronunciarán en contra de la independencia.
Aunque todos los políticos están en territorio negativo, los líderes independentistas generan mucha más confianza que los unionistas. Un 42% confían en Salmond y un 44%, en su número dos, Nicola Sturgeon. Pero solo un 33% creen en el responsable de la campaña unionista, Alistair Darling, y solo un 23% dicen confiar en el primer ministro Cameron o en el líder laborista, Ed Miliband.
Otro de los problemas para el unionismo es que su campaña, basada sobre todo en amenazas sobre los desastres que padecerá Escocia si abandona Reino Unido, es considerada negativa por el 60% de los encuestados y solo el 31% creen que es, en general, una campaña positiva. En cambio, el mensaje independentista es visto como positivo por el 69% de los encuestados, frente a un 30% que lo considera negativo. Ese optimismo de los independentistas parece haber calado entre el electorado.
La última prueba del carácter negativo de los unionistas la ha dado Ed Miliband, quien, haciendo campaña el sábado, advirtió de que si los escoceses votan por la independencia habrá que imponer controles fronterizos con guardias armados entre los dos países, algo que niegan los independentistas. “Si no queréis fronteras, votad por seguir en Reino Unido”, le dijo Miliband a los escoceses.