La agencia espacial de EE.UU. ha comenzado la búsqueda de la próxima generación de la aeronáutica y del que podría convertirse en el nuevo Concorde.
Los aviones supersónicos de pasajeros podrían volver en cuestión de años si la NASA consigue desarrollar el primero de sus «X-planes» (aviones X), una nueva hornada de prototipos desarrollada en el programa «New Aviation Horizons». Este es un ambicioso proyecto de investigación que trata de desarrollar una nueva generación de aviones más ligeros, más eficientes, más rápidos y más silenciosos.
«La NASA está trabajando muy duro para conseguir que los vuelos sean más ecológicos, seguros y silenciosos, y también más rápidos y eficientes», ha dicho Charles Bolden, el Administrador de la Agencia, en una rueda de prensa celebrada este lunes en el Aeropuerto Ronald Reagan, en Washington.
No se trata tan solo de una idea lanzada al aire. La NASA ya ha asignado dólares para dar la luz verde al retorno de los «X-planes», una extensa colección de prototipos estadounidenses que hasta ahora habían sido generalmente ultrasecretos. De momento, han asignado una partida de 20 millones de dólares para el diseño de un primer prototipo, pero se ha propuesto que las inversiones se sucedan desde 2017 hasta 2027. Sin presupuesto las iniciativas se quedan en agua de borrajas.
En busca del nuevo Concorde
Este primer prototipo estará bajo la supervisión de la compañía «Lockheed Martin Aeronautics», que tendrá que diseñar el próximo avión comercial supersónico de nueva generación. Para ello, trabajará en la tecnología «Quiet Supersonic Technology», «QueSST», algo así como tecnología silenciosa supersónica, que, después de unas estapas preliminares, será la base sobre la que trabajarán varias divisiones de la agencia.
Esta tecnología tiene el objetivo de cambiar la característica onda de choque que se produce al romper la barrera del sonido por una distorsión más progresiva y suave y, por ello, más respetuosa con los oídos de los contribuyentes estadounidenses.
«Desarrollar, construir y volar un avión supersónico silencioso es el próximo paso lógico en nuestra intención de reabrir el vuelo supersónico para el público general», ha dicho Jaiwon Shin, responsable de la sección de Investigación Aeronáutica de la NASA, para defender la necesidad de embarcarse en este proyecto.
Los aviones X
Entre los años cuarenta y cincuenta, la NASA, por entonces llamada NACA, ya consiguió llevar a cabo el primer vuelo supersónico a lomos del Bell-X1, uno de los primeros «X-planes». Desde entonces, ha desarrollado drones, aviones sin cola, cazas de despegue vertical, alas en forma de flecha invertida, rotores y alas basculantes, aviones hipersónicos o provistos de alas de geometría variable, etc.
Los que no quedaron olvidados en hangares polvorientos, se convirtieron en diseños militares de éxito. En muchos casos, unos y otros contribuyeron a perfeccionar la tecnología y el conocimiento aeronáutico.
En esta ocasión, el programa «New Aviation Horizons» tendrá en cuenta la preocupación por el medio ambiente y tratará de construir aparatos más eficientes y menos contaminantes: quizás impulsados por biocombustibles o sistemas híbridos, en general más silenciosos que los aviones actuales.
Aparte del prototipo de avión supersónico comercial, se trabajará en aviones más lentos pero ultraeficientes, con alas muy largas y estrechas, o en sistemas de propulsión eléctrica o incluso en motores integrados en el fuselaje.
Para ello, aplicarán diversas innovaciones al diseño tradicional de los aviones, pero en el proceso podrán crear máquinas con un aspecto totalmente nuevo. De momento, las bases de estas ideas son buscar materiales ligeros para las estructuras, diseñar turbinas más silenciosas o perfeccionar el uso de las alas variables.
Para Jaiwon Shin, esta es una carrera fundamental: «Necesitamos los “X-planes” para demostrar, de manera innegable, que la tecnología puede hacer la aviación más cómoda, más puntual y más segura».
Si todo va bien, esta tanda de prototipos de «X-planes» será producida a una escala menor a la real. La NASA tendrá que conformarse con ellos por lo menos hasta 2020, fecha en la que, si el presupuesto lo permite, podría comenzarse la fase de vuelo de alguno de estos diseños.