Un informe de McKinsey asegura que no debe darse por muerto al prolongado ciclo de alza de los commodities.
Las limitaciones en la oferta de commodities y la demanda de los mercados emergentes muestran que aún es prematuro hablar de la “muerte del superciclo” que generó el período de precios en alza más extenso, según la consultora internacional McKinsey.
Los precios de la energía, los metales y la agricultura, que aumentaron más del doble desde 2000, siguen estando cerca de sus máximos respecto al periodo anterior a la crisis financiera, incluso cuando ciertos productos básicos, como el oro, han asumido direcciones a la baja. Así lo aseguró McKinsey en un informe publicado el último jueves.
El incremento en la producción de materias primas de estos últimos dos años y los signos de un enfriamiento en el crecimiento de China, el mayor consumidor mundial de todo, han llevado a Goldman Sachs y Citigroup a asegurar que el superciclo terminó. Pero, por el contrario, el informe de McKinsey sostiene que, en un cuadro de expansión del consumo, los productores se están viendo obligados a internarse más en áreas remotas para acceder a las reservas, y que la extracción requiere una tecnología cada vez más sofisticada.
“Cuando miramos hacia adelante, vemos por un lado las tecnologías y la productividad, y por el otro la demanda de los mercados emergentes y limitaciones en la oferta”, señaló Fraser Thompson, desde el McKinsey Global Institute, en una entrevista telefónica desde Londres. Y agregó: “no queremos subestimar a la tecnología, pero creemos que no nos estamos dando cuenta de la magnitud del reto que enfrentamos”.
Los gastos de producir muchos productos básicos continúan subiendo, según el informe. En China, se está construyendo sobre tierra cultivable. En Brasil, los precios de las superficies arables subieron siete veces en algunas regiones durante el último decenio. McKinsey citó el caso de los yacimientos petrolíferos costeros que requieren equipos más sofisticados y el del desarrollo de recursos mineros en regiones políticamente inestables.
No hay déficit inminentes, pero la suba de costos marginales “parece ser generalizada y pone un piso a los precios”, dijo McKinsey. La variabilidad de los precios aumenta en un cuadro de “problema estructural de oferta”, señaló.
El costo promedio de un pozo petrolero nuevo se duplicó en una década, según el mismo informe. Desarrollar minas de metales requiere ahora hasta 20 años, en comparación con los 6 a 10 que requería en los ’80 y ’90. El gas natural de esquisto, en cambio, es una excepción, dado que la nueva tecnología está bajando los costos.
La desaceleración del crecimiento en China puede no aliviar mucho el panorama de oferta tensa en otros materiales, ya que el tamaño de su economía implica que el país asiático usa más recursos que hace unos años. Por otra parte, la población que migra hacia las ciudades también impulsará el consumo; McKinsey estima que 750 millones de personas más vivirán en ciudades de China e India para el 2013. Al subir los ingresos, China podría añadir cada año espacio construido por un equivalente a 2.5 veces el total del metraje de Chicago. “Aun si el PBI chino crece menos de lo que originariamente pensábamos, para la demanda de recursos eso importa menos de lo que mucha gente supone. China e India, hoy, son mucho más grandes que a principios del siglo”, Explicó Thompson.