Matías, padre de Azul Zelayeta, habló en la 99.9 sobre la explosión de una bomba casera en el Colegio Don Bosco hace más de un mes que le generó una afectación de 96.4% de incapacidad en ambos oídos por lo que ahora necesitará implantes cocleares: “esto le quedará de por vida”, dijo.
El caso sucedió hace más de un mes, pero ahora ha tomado estado público porque la familia decidió hacerlo. Azul Zelayeta es una joven de 15 años que sufrió una afectación que la acompañará el resto de su vida después de que en el Colegio Don Bosco estallara una bomba de preparación casera en un cesto de basura, supuestamente, dentro de lo que habría sido un desafío de Tik Tok.
El padre de la alumna, Matías, es quien empezó a visibilizar la situación teniendo en cuenta que recibieron la terrible noticia de que Azul perderá la audición para el resto de su vida. En la 99.9, contó que “el hecho sucedió un viernes 8 de julio durante el último recreo del secundario. Mi hija Azul de 15 años cursa el cuarto año en el Instituto Don Bosco, caminaba por una de las galerías del colegio y al pasar muy cerca del cesto de basura, le detonó un explosivo supuestamente casero”.
La primera explicación que le brindaron a Matías es que se trata de un “explosivo” que los adolescentes hacen en una botella de gaseosa con sustancias química que produce una presión dentro de la botella hasta que explota. “A ella, le explota a menos de un metro e inmediatamente le afectó el trauma a sus oídos, se desvaneció, sentía un dolor insoportable y perdió el equilibrio”, continuó con el relato de los hechos.
Durante más de un mes estuvieron tratando de ver si recuperaba la capacidad de escuchar o si había algún tratamiento que pudiera ayudarla: “desde ahí empezó un calvario. Como familia recién ahora entendemos hacer público esto porque se probaron muchísimos tratamientos. Estuvo tres días internada, le hicieron procedimientos en los oídos en quirófano con anestesia total durante tres días consecutivos. Recién entre jueves y viernes recibimos la noticia de que necesitará implantes cocleares”.
Nadie pudo asistirla rápidamente en el momento de la explosión porque tampoco respondió con celeridad la ambulancia: “me la tuve que llevar en brazos a mi hija de la escuela porque la ambulancia no llegó nunca. Estamos hablando de una hora y media hasta que me pude apersonar al lugar pidiendo permiso en mi trabajo. La atendieron en Guardia en la Clínica 25 de Mayo y a partir de ahí comenzaron los tratamientos”.
Las consecuencias de la explosión, la acompañarán de por vida y justamente Azul era muy activa a punto tal que practicaba dos deportes en paralelo: “su diagnóstico es una hipoacusia neurosensorial bilateral muy severa, tiene una afectación de 96.4% de incapacidad en ambos oídos, eso fue firmado por los profesionales tratantes. Lo que se dañó son las cócleas que son los receptores de los sonidos. Nos tomó de sorpresa y ahora tendremos que buscarle un psicólogo o psicóloga que la ayude en esta situación porque ella hacía rugby y karate, era una apasionada de los deportes”.
Además, está en una época de su vida que no podrá disfrutar de nuevo y eso tiene afectaciones severas para una joven: “se está perdiendo la época de los cumpleaños de 15 donde está expuesta al ruido y hoy no puede ir. Está cursando las tratativas para su futuro viaje a Bariloche y está destrozada. Hay que trabajar con las familias y hay mucho trabajo por hacer”.
Lo cierto es que, paralelamente, han hecho una presentación judicial porque quieren esclarecer lo sucedido y encontrar a los culpables: “hay una denuncia penal porque esto no es una travesura, es un delito. Los alumnos son de la secundaria y muchos de ellos son imputables, no quiero que esto quede impune, que se trabaje sobre el equipo de conducción de la escuela que debería velar por todos los que están dentro de la misma”. Incluso agregó que “dos semanas después del hecho los alumnos de sexto año volvieron a prender una bengala dentro de la escuela. Las autoridades no están pudiendo evitar estas situaciones”, advirtió.