Marcelo Ríos es un vecino de la ciudad que cometió una infracción de tránsito y, por eso, le secuestraron la moto. Después de pagar la multa correspondiente, le devolvieron el vehículo dañado y el seguro municipal no quiere hacerse cargo. “La moto tenía cinco meses de uso nomás, estaba impecable”, señaló esta mañana en la 99.9.
Los abusos de los agentes municipales se han convertido en una constante. Y muchas veces, los vecinos no tienen más opción que recurrir a la única herramienta con la que cuentan: denunciar públicamente lo que viven.
Esta mañana en la 99.9, Marcelo Ríos contó su experiencia con la gente de Tránsito Municipal en un hecho por el cual todavía no ha recibido una respuesta favorable y por el que tampoco fue bien tratado. “Tránsito me secuestró la moto el 13 de noviembre del 2013. Me agarraron sin registro mientras llevaba a mi mujer del trabajo al médico, porque se había descompuesto. Me secuestraron la moto, hice los papeles, pagué la multa y cuando la voy a retirar, me la habían roto toda de frente”, contó el vecino.
Claro que no se quedó de brazos cruzados, y buscó que le explicaran qué había sucedido: “ahí nomas les dije y me contestaron que le sacara fotos, porque me pagaba el seguro de la Municipalidad. Hace una semana me llegaron los papeles y me dicen que el seguro no se hace cargo de la rotura de la moto. La moto tenía cinco meses de uso nomás, estaba impecable”.
Agotadas todas las instancias posibles por la vía del diálogo, y luego de esperar casi medio año, Marcelo aún no recibió respuestas. Si bien el dinero que tiene que poner la Municipalidad por haber dañado el vehículo no es mucho, ponen excusas para no ocuparse de lo sucedido: “el daño es de 1.600 pesos. La nota estaba firmada por Mónica Vargas, de la Secretaría de Seguridad. Me pusieron que no me pagan porque no presenté los papeles como debía hacerse. Cuando hice la denuncia tuve que pagar para que entre la denuncia con fotos de la moto”. El pago del arreglo se suma a la pena que debió abonar por encontrarse en falta: “pagué la multa de 1.000 pesos y pico, el acarreamiento, la estadía de un día en el predio y me entregaron la moto así”.
Más allá del problema en sí, la lamentable actitud del Departamento de Tránsito se suma como obstáculo: “estuvieron seis meses dando vueltas con esto. Yo estuve llamando todos los días y siempre me decían que no había nadie, que no estaban, que la carpeta estaba ahí arriba y mil cosas más, pero nadie me atendía. Me han tomado el pelo, nadie se hace cargo y me tienen de acá para allá, es una vergüenza”.