La técnica quirúrgica, llevada a cabo con una ecografía y con el feto aún en el interior del útero, podría ayudar a tratar una rara afección prenatal antes de que aumente el riesgo de complicaciones tras el nacimiento.
En una primicia mundial, unos médicos cirujanos han logrado operar exitosamente una malformación del cerebro de un feto de 34 semanas y 2 días de gestación, mientras este todavía se encontraba en el útero, según se describe en un estudio publicado este jueves por la revista Stroke.
Con la ayuda de una ecografía, los doctores utilizaron una técnica quirúrgica llamada embolización para tratar una malformación de la vena de Galeno, una rara afección prenatal que afecta al cerebro y que suele tratarse después del nacimiento.
“En nuestro primer caso tratado, nos entusiasmó ver que el deterioro agresivo que suele observarse tras el nacimiento simplemente no aparecía”, dijo Darren Orbach, radiólogo del Hospital Infantil de Boston y principal autor de la investigación.
¿Qué es la malformación de la vena de Galeno?
La malformación de la vena de Galeno, que afecta a 1 de cada 60.000 fetos, provoca una excesiva cantidad de flujo sanguíneo, estresando las venas, el corazón y provocando otros problemas de salud después del nacimiento, como insuficiencia cardíaca, deterioro neurológico y cognitivo, y la muerte.
“Entre el 50 y el 60 por ciento de todos los bebés con esta afección enfermarán gravemente de inmediato. Y para ellos, la mortalidad ronda cerca del 40%”, afirmó Orbach a la cadena CNN. Alrededor de la mitad de los bebés que sobreviven sufren de problemas neurológicos y cognitivos.
La embolización, en tanto, es una técnica que consiste en bloquear la vena con un agente coagulante, para ayudar a la sangre a coagularse e impedir que esta fluya de manera excesiva.
El bebé “evoluciona notablemente bien”
Debido a que la placenta ayuda a regular el flujo sanguíneo y la presión arterial de los bebés dentro del útero, los fetos tienen cierta protección. Pero cuando nacen, aumenta el peligro.
En este caso, el bebé fue inducido para nacer prematuramente debido a que durante la operación se provocó sin querer una rotura de las membranas del útero, por lo que el bebé pasó varias semanas en la unidad de cuidados intensivos del hospital. De todas maneras, el recién nacido está saludable.
“Nos complace informar de que, a las seis semanas, el bebé evoluciona notablemente bien, sin medicación, comiendo con normalidad, ganando peso y está de vuelta en casa. No hay signos de efectos negativos en el cerebro”, agregó el autor.
Nuevos estudios y casos para analizar
Como se trata del primer caso, los médicos no pueden aún implementar este tipo de operaciones como de forma generalizada, pues todavía queda por analizar los riesgos y los beneficios y compararlos con otros resultados.
Orbach concluye: “Aunque este es solo nuestro primer paciente tratado, y es vital que continuemos el ensayo para evaluar la seguridad y eficacia en otros pacientes, este enfoque tiene el potencial de marcar un cambio de paradigma en el tratamiento de la malformación de la vena de Galeno, en el que reparamos la malformación antes del nacimiento y atajamos la insuficiencia cardiaca antes de que se produzca, en lugar de intentar revertirla después del nacimiento”.