Miguel Ángel Toma: “El gobierno es cómplice de este cuadro de amenaza estratégica con los pseudo mapuchistas en el sur”

El ex titular de la SIDE habló en la 99.9 sobre lo que representa el fallo que obliga a ceder 180 hectáreas en Bariloche a grupos pseudo mapuchistas y señaló que “hay riesgo de fractura y pérdida de control territorial del estado argentino sobre nuestro suelo soberano“.

El fallo de la Cámara de Apelaciones de General Roca que desestimó un recurso y dejó firme una sentencia que obliga a ceder 180 hectáreas ubicadas a pocos kilómetros de Bariloche ha generado un alerta porque esto puede sentar un peligroso precedente.

El ex titular de la SIDE, Miguel Ángel Toma fue muy claro respecto de las consecuencias que podría tener en declaraciones en la 99.9: “hay un riesgo frente a una acción deliberada y coordinada de un grupo sedicioso de pseudo mapuches que pretende ocupar territorio argentino. Son grupos que no reconocen su condición de Argentina, no reconocen al estado nacional y se reivindican como una nación independiente. Buscan construir un estado independiente dentro de nuestro territorio soberano. Esto no es nuevo porque lo vimos en la década del 70 cuando lo intentó el ERP en Tucumán”.

Lo peor en todo este contexto es que el estado nacional respalda este tipo de situaciones a veces por acción y en otros casos por omisión: “estamos ante la repetición de estos grupos de ultra izquierda que buscan una secesión. Esta vez obtuvieron una ventaja significativa desde el punto de vista legal por este fallo que además cuenta con la complicidad del Ministro de Defensa. No se apeló en tiempo y forma el fallo de primera instancia que obligaba al traspaso de 180 hectáreas”.

Hay todo un movimiento que ya tiene personajes claramente identificados. Cuando se empiezan a unir las piezas, todo cobra rápido sentido: “el jefe de las RAM en Argentina, Facundo Jones Huala, fue condenado en Chile y está prófugo. Tenemos elementos suficientes para pensar que está refugiado en Esquel y protegido por un grupo de ex Montoneros que además actúan como apoyo judicial del reclamo de estos pseudo mapuches. Ahí empieza a cerrarse el círculo”.

Para Toma, es la metodología que han adoptado desde la izquierda extrema y que se ve en otros temas puntuales: “esta es la agenda de la nueva izquierda, que no es nueva, sino que es la misma. Ahí entra el exceso del ecologismo, de la inclusión y en el sur de Argentina la reivindicación de los pueblos originarios. Hay una construcción ideológica-político-cultural que ahora pasa a la acción concreta. Cuando les conviene utilizan la violencia, la usurpación o bien la vía judicial que encuentra la complicidad de funcionarios”.

Tomar tierras en el sur no sólo tiene importancia por cuestiones ancestrales, sino que para el país, son territorios estratégicamente muy importantes: “el sur argentino no sólo tiene gas y petróleo convencional, tiene además litio, uranio y tierras raras que son las que contienen los últimos 16 elementos de la tabla periódica que se encuentran a flor de tierra. Ni hablar de la reserva hídrica de la Patagonia Argentina, una de las grandes reservas a nivel mundial”.

El contexto internacional también es un tema a considerar porque Chile tiene un gobierno de izquierda que ya ha tenido declaraciones preocupantes de Iskia Siches, la ministra del Interior llamando a esa zona el Wallmapu: “el territorio del Wallmapu era el territorio del malón que recuperó Roca y la campaña del Desierto. Eran los mapuches que terminaron con los verdaderos ocupantes originarios que eran los tehuelches. Los aniquilaron, ocuparon el territorio y toda esa zona, era el territorio del malón que robaban ganado y mujeres y las vendían en Chile. Era una franja de tierra que empezaba en el Pacífico y terminaba en el Atlántico. Hay que tener cuidado con estas definiciones”, advirtió Toma.

Lo cierto es que el gobierno nacional está brindando su respaldo a estas acciones y se puede introducir un conflicto innecesario en el territorio argentino: “este gobierno con este respaldo que les da, es cómplice de este cuadro de amenaza estratégica. Hay riesgo de fractura y pérdida de control territorial del estado argentino sobre nuestro suelo soberano”.