El ex titular de la SIDE habló en la 99.9 sobre el caso de la embarazadas rusas que despertó una fuerte polémica: “en 2022 entraron 10.500 personas desde Rusia, aparentemente por este mecanismo obteniendo el Pasaporte y 7.500 de las que ingresaron, salieron del país. No sabemos que están haciendo y circulan con pasaporte argentino”.
El caso de las mujeres rusas embarazadas que fueron detenidas ingresando al país, ha desatado toda una polémica sobre lo que realmente está sucediendo en nuestro país con el ingreso de personas proveniente de ese país.
El ex titular de la SIDE, Miguel Ángel Toma hizo un profundo análisis en la 99.9 de las circunstancias que se dieron comenzando por la forma en que se dio a conocer el tema: “todo estalla a través del artículo del diario The Guardian pero que tiene distintas aristas de análisis”. Luego abundó: “en primer lugar, hay una cuestión penal porque estamos ante la posibilidad concreta de que haya una red de trata de personas que, cobrando una suma entre 20 y 30 mil dólares, traen a Argentina mujeres rusas para tener los hijos en nuestro país, obtener la documentación y el pasaporte argentino”.
También agregó datos contundentes del ingreso de rusos a la Argentina y lo que eso podría generar: “hay otra cuestión que no es de naturaleza penal vinculado a una potencial amenaza. Según la información oficial, en 2022 entraron 10.500 personas desde Rusia, aparentemente por este mecanismo obteniendo el Pasaporte y 7.500 de las que ingresaron, salieron del país. Es una situación compleja porque andan por el mundo miles de personas con pasaporte argentino que no son argentinos y sabemos que las mafias rusas son un instrumento de la política de inteligencia de Rusia. No sabemos que harán con esos pasaportes y además es un país que está en guerra con Occidente”.
Toma lo comparó con otro caso reciente que generó mucha polémica por los fallos en los controles de inteligencia: “me hace acordar con lo que pasó con el avión venezolano-iraní. Nos enteramos porque Uruguay les impidió el ingreso a su espacio aéreo, la estructura de inteligencia argentina tenía que saber que ese avión estuvo en la triple frontera y que tenía una interdicción por parte de la Justicia de Estados Unidos. Lo sabían las empresas de combustible que no le cargaban al avión. Quizás exista complicidad por acción, a nivel internacional se genera una pérdida de confianza en el país”.
Los beneficios para aquellos rusos que consiguen el pasaporte de nuestro país son múltiples, pero sobre todo les permite ingresar en países que presentando la documentación rusa, no podrían hacerlo: “la Constitución abre las puertas del país a todos los habitantes del mundo de buena fe que quieran venir a Argentina a trabajar y producir. Eso no implica que deba existir una política de control. Con un pasaporte ruso, una persona puede entrar sólo a 80 países sin visa, con el pasaporte argentino a 187. Que no haya llamado la atención semejante avalancha de personas de una misma nacionalidad y más aún de Rusia, es imperdonable”.
Todo esto genera que Argentina quede aislada en el plano de la inteligencia donde la información se vuelve un valor importante: “cualquier servicio exterior no comparte absolutamente nada con Argentina porque no es capaz de preservar su propia seguridad y secreto en estos temas. Si no tenes estructura confiable de inteligencia para nadie, ¿como combatis las amenazas transnacionales? Han destruido la institución de inteligencia porque la pusieron al servicio del espionaje ilegal e interno”.