Decenas de miles de derechistas marcharon por Varsovia en el Día de la Independencia de Polonia, reclamando contra las instituciones de la UE. La derecha perdió en las recientes parlamentarias.
Decenas de miles de nacionalistas polacos marcharon por las calles de Varsovia este sábado, con motivo del Día de la Independencia de este país europeo. La manifestación, convocada por movimientos de derecha bajo el lema “Polonia aún no está perdida”, comenzó en el centro de la ciudad y finalizó en el Estadio Nacional.
Muchos de los participantes ondeaban la bandera patria, mientras que otros portaban bengalas. Las autoridades de la ciudad estimaron en unos 40.000 los presentes en la marcha, aunque diversos medios elevaban esa cifra hasta los 90.000, mientras que los organizadores celebraban estar ante “la manifestación patriótica más grande de Europa”.
Muchos de los presentes mostraban pancartas llamando al “polexit”, una salida de la Unión Europea al estilo del “brexit”, pues algunos sectores de la derecha aseguran que el país pierde soberanía ante la institucionalidad comunitaria. “Si hay nuevos cambios en los tratados europeos, Polonia debe estar lista para salirse de la Unión Europea dijo el líder de las juventudes Panpolacas, Marcin Kowalski.
Llamado a la moderación
La demostración de fuerza tiene lugar menos de un mes después de que la oposición proeuropea venciera en las elecciones legislativas. El líder opositor Donald Tusk llamó a la moderación en un video colgado con motivo de la fiesta nacional en la red social X (Twitter). “Quien usa la palabra nación para dividir y sembrar el odio está en realidad contra la nación”, dijo el dirigente.
El bloque liberal Coalición Cívica, encabezado por Tusk, quedó segundo en las elecciones, pero junto a dos partidos menores aseguraron una mayoría que les permitirá formar gobierno. Sin embargo, son los dirigentes del gobernante partido Ley y Justicia (Pis) quienes deben realizar los primeros intentos para formar una alianza, con pocas esperanzas de hallar socios.
Las relaciones entre Varsovia y Bruselas se han desmoronado desde que el derechista y conservador PiS llegó al poder.