La vecina e integrante de la Mesa “Arreglen el Centenario”, habló en la 99.9 sobre las necesidades que tienen y la falta de respuesta por parte del Instituto de la Vivienda.
El Barrio Centenario vuelve a estar en el eje de la discusión sobre aquello que se construyó mal desde un primer momento, pero que todavía no tiene respuesta concreta para los vecinos.
Un sector de los habitantes del barrio, decidió trabajar con una mesa denominada “Arreglen el Centenario” que está formada por distintas entidades pero ponen el foco primero en que el municipio de respuestas cuando no es de su competencia. Miriam Di Francesco es integrante de la misma y habló en la 99.9: “formamos una mesa gracias al defensor del pueblo y está compuesta por las escuelas y organizaciones que trabajan dentro del barrio. El complejo, es complejo. Viene de larga data, está mal desde sus inicios y luego de 40 años se deteriora cada vez más. Literalmente se están cayendo las escaleras. Queremos llegar a algún organismo que nos escuche y nos acompañe”.
Como no pueden resolverlo los vecinos, quieren que algún ente gubernamental responda: “para nosotros, arreglar las escaleras es imposible. Elevamos una nota al Instituto de la Vivienda que no ha sido respondida, trabajamos con el Obispado que nos ayudó y ahora tendremos un proyecto de jornada de trabajo para ver desde que lugar nos pueden ayudar”.
Si bien en el Concejo Deliberante podrán escucharlos y darles la razón, la resolución para poder arreglarlo y dar soluciones tiene que venir desde el Instituto de la Vivienda que está en la órbita provincial y poco podrá hacer el municipio al respecto. “Empezamos a trabajar con una ley provincial de justo hábitat que tiene 10 años y se viene trabajando en el municipio desde hace algunos años donde dice que todos los metros cuadrados que exceden y que tienen que pagarle al municipio, la mesa que se está conformando tendría que evaluar todos los barrios populares para ayudar con esta plata que entra para urbanizar, hacer cloacas y cosas que se necesitan. Si tienen la voluntad, nos pueden ayudar”, dijo Di Francesco como argumento.
Mientras tanto, hay muchos vecinos del Centenario que ni siquiera tienen la escritura final de la casa que habitan: “el Instituto de la Vivienda hizo escrituraciones pero no todos los vecinos la tienen. Ellos en algún momento, hace unos años, reconocieron que esto tenía falencias desde antes de poner el primer ladrillo. No tenemos final de obra porque no tenemos bien el complejo y por eso hay muchas personas que no pueden escriturar”.
Desde su punto de vista, indicó que hay un compromiso por parte de los vecinos que hoy han desarrollado toda su vida en el lugar y son optimistas en encontrar soluciones: “vivir en el Centenario no es complejo, lo que es difícil es para la gente que no recorre el Centenario. Nunca tuve problemas y hace 40 años que vivo aquí, además estoy al frente de una administración. La gente joven está tomando identidad de donde vivimos y está colaborando”.