Misión Starliner logra acomplamiento con la EEI

Los dos astronautas abordo de la primera nave tripulada de Boeing ya se encuentran en la Estación Espacial.

Los dos primeros astronautas transportados a bordo del Starliner, la nave espacial de la gigante aeronáutica estadounidense Boeing, entraron en la Estación Espacial Internacional (EEI), pese a un retraso por problemas con el sistema de propulsión.

“Qué gran lugar para estar, es genial estar de vuelta aquí”, dijo sonriente Butch Wilmore, astronauta de la agencia espacial estadounidense NASA.

Wilmore, de 61 años, junto con Suni Williams, de 58, realizaron así su tercera visita a la EEI en la primera misión tripulada del Starliner, un gran reto para el gigante aeroespacial, así como para la NASA.

Hace diez años, la agencia espacial estadounidense encargó dos nuevos vehículos a Boeing y SpaceX para transportar a sus astronautas a la EEI. Mientras que SpaceX lleva ya cuatro años actuando como taxi espacial, el programa de Boeing lleva años de retraso.

Tras despegar de Florida la víspera, la nave se aproximó suavemente a la EEI el jueves, volando a 400 km sobre la Tierra y viajando a unos 28.000 km/h.

El atraque se produjo a las 17H34 GMT, aproximadamente una hora y 20 minutos después de la hora inicialmente prevista, según indicó la NASA.

Fallo en propulsores
La nave no pudo realizar el acople cuando solo le restaban menos de 250 metros para alcanzar la EEI, ya que no recibió autorización de acercamiento debido a problemas en sus propulsores.

Cinco de estos pequeños propulsores, de un total de 28, fallaron en algún momento, explicó un comentarista durante la retransmisión en directo de la NASA. Finalmente, lograron poner en funcionamiento cuatro, lo que proporcionó el número necesario para la operación.

Esos propulsores se utilizan para realizar pequeños ajustes de trayectoria de la nave.

Inicialmente, el acople estaba previsto para las 16H15 GMT.

Los astronautas Wilmore y Williams se unieron a siete personas que ya están a bordo de la EEI y pasarán aproximadamente una semana en el laboratorio orbital, antes de regresar a la Tierra dentro del Starliner.