Quedan pocos días para que finalmente se conozca una sentencia en el caso de la docente Analía Schwartz quien fue acusada de abusos en el Colegio Gianelli. Su compañera, Mónica Sáez habló en la 99.9 sobre las manifestaciones que realizaron: “no creo que sea nada terrible expresar nuestro apoyo”.
Mañana comenzará el juicio en el caso de la docente del Colegio Gianelli, Analía Schwartz, acusada de abusos contra menores que concurrían al establecimiento. Sus compañeras y compañeros de trabajo, absolutamente convencidos de su inocencia volvieron a realizar una pacífica manifestación.
Una de ellas fue Mónica Sáez que habló en la 99.9 después de que tuvieran que ponerle una custodia especial tanto a la acusada como a los defensores por los hechos de violencia constante que se han dado desde el momento inicial de la denuncia: “son actos irracionales, no se actúa con cautela y racionalidad. Estamos convencidos de que con el juicio la verdad saldrá a la luz, pero eso no tiene nada que ver ni con la violencia ni con actos de amenazas. Es por un lado preocupante y por el otro triste”, dijo.
Fueron acusados incluso los docentes de buscar que los jueces se sientan presionados por las acciones que llevaban a cabo, pero Sáez aclaró que “venimos haciendo manifestaciones de apoyo a nuestra compañera porque sabemos que se lo merece. No creo que sea nada terrible expresar nuestro apoyo”. Además remarcó que “tenemos jueces capaces para hacer su trabajo y no creo que ellos puedan tener en cuenta las manifestaciones que estamos haciendo”.
Este caso ha generado un punto de quiebre la para institución en la relación con los padres: “marcó un antes y un después. Siempre fue un colegio de puertas abiertas, los grupos de padres hacían teatro, preparaban jornadas especiales y demás. Todo eso se tuvo que cortar porque sufrimos hechos graves, nos destrozaron la escuela y no sólo por los daños, también hubo robos de equipos de música y televisores”, recordó.
Toda la comunidad, de a poco volvió a ser la misma, pero la desconfianza seguirá presente: “después de tres años la escuela poco a poco empezó a tomar su ritmo y eso lo merecían una cantidad enorme de papás que siguen eligiendo nuestro colegio. Esto es un grupo minúsculo donde 14 casos son llevados a juicio y Analía tenía 600 alumnos a su cargo”, concluyó.