El historiador Javier Garín repasó detalladamente en la 99.9 la historia y el pensamiento de Bernardo de Monteagudo, uno de los próceres que luchaba por la independencia continental y sistemáticamente fue ocultado por los historiadores como una parte fundamental en la liberación de América del Sur.
La historia argentina tiene muchos próceres que los propios historiadores se han encargado de ensalzar incansablemente, pero hay otros que se mantienen ocultos a los ojos de los propios argentinos, a pesar de una trascendencia importante para nuestro pasado.
Ese es el caso de Bernardo de Monteagudo, cuya historia fue retratada en el aire de la 99.9, por el historiador Javier Garín. En principio, señaló que “Monteagudo fue una figura ocultada por la historia oficial de Argentina y otros países, porque tuvo una actuación continental. Era un hombre que decía que no era argentino, ni peruano, ni chileno, ni colombiano, sino que era americano, su patria era toda América del Sur. Era el momento de independización del continente y no estaba definido cómo se dividirían las tierras”.
Esa era la idea que tenían todos los revolucionarios de aquella época, pero algunos fueron resaltados más que otros en su tarea: “A Belgrano nos lo muestran como el creador de la bandera nacional, pero creó una bandera para América del Sur, no para Argentina. No existía la Argentina como la idea de un país separado del resto del continente. Lo primero que hacen los historiadores es crear los mitos nacionales, en el siglo 19, como Mitre y Vicente Fidel López y en otros países, otros que eran equivalentes; crean una historia mitológica”, resaltó.
En ese camino de independencia continental, jugaron un papel preponderante las logias: “El movimiento de emancipación de América del Sur fue continental a través de logias independentistas, que había varias, pero estrechamente vinculadas. Las dos ramas principales estaban en Buenos Aires con la Logia Lautaro y la otra en Caracas, que era a la cual pertenecía Simón Bolívar. Bernardo Monteagudo, que también integró la Logia Lautaro, tenía una visión continental y la defendió durante toda su vida. Defender ese proyecto le costó la vida. Bolívar le pidió que lo acompañe al Perú, él sabía que exponía su vida con 35 años, pero decidió arriesgarse”, remarcó el historiador.
Su visión del continente comenzó desde muy temprana edad y desde que era un estudiante: “Comenzó su carrera revolucionaria muy joven, desde los 18 años. Se recibió como abogado en el alto Perú, preparó un escrito donde ponía frente a frente a Fernando VI y el inca Atahualpa, en una discusión que tenían en el más allá y donde se impugnaban todos los argumentos de España para dominar América”. Este hecho le dio prestigio.
Según Garín, todo se tergiversó buscando ocultar una realidad: “Nos quieren presentar la historia argentina separada del resto de América para mostrar que no debemos el impulso revolucionario a los altoperuanos, que hoy serían los bolivianos. Eso quieren mantenerlo escondido. El papel en esa revolución de Monteagudo fue fundamental”. Luego abundó: “En 1811 se encontró con Castelli, cuando la Primera Junta envía a Castelli al Alto Perú. Monteagudo actúa como secretario político y es coautor de la proclama de emancipación de los indígenas, un documento fundamental para la independencia. La mayoría de los argentinos que descienden de indígenas ni siquiera lo saben o les interesa, ni quieren que se sepa. En nuestra sangre hay evidentemente sangre africana, aunque los negros hayan muerto en forma masiva en las guerras de emancipación. A Monteagudo lo acusaban de ser mulato o de tener sangre indígena, pero la idea era descalificarlo”.
Este año se cumplió el bicentenario de la Asamblea del año XIII y Monteagudo también jugó un papel fundamental en este hecho en particular: “Fue también uno de los cerebros de la Asamblea del año XIII. Era presidente de la Sociedad Patriótica, que era la que aglutinaba al llamado “morenismo”, porque el jefe de la revolución no era Moreno, sino Castelli; es más, Castelli lo incorpora a Moreno. En esa Asamblea, Monteagudo presentó un proyecto de Constitución que era para los Estados Unidos de América del Sur, esa era la visión de Monteagudo. También hubo otro proyecto, que era una Constitución exclusiva para las Provincias Unidas del Río de la Plata. Esta puja se da hasta el Congreso del Tucumán”.
Esto se terminaría de ver al momento de la independencia: “La declaración del Tucumán dice en el texto que se declara la Independencia de las Provincias Unidas en la América del Sur. La intención era dejar abierta la posibilidad a que sea una agrupación continental, pero esto no se logró por las oligarquías locales, que querían mandar en su propio ámbito”.
Esto generó las divisiones que permitieron las conquistas y que diferenció al Sur del Norte en el mismo continente: “La intervención de Inglaterra fue para dividir, necesitaba un continente fragmentado para dominarlo mejor. Lo mismo intentó con los Estados Unidos, pero no lo consiguió”.
Estas ideas aún deben ser evaluadas hoy en día, según Javier Garín: “Si algo nos debe enseñar la historia y Monteagudo, quien dijo que esto sucedería si no nos uníamos, es que de una vez por todas debemos terminar con las fronteras y entender que en América del Sur somos una sola nación. La unión tiene que ser política, económica y militar, porque si no nos pueden invadir. Esto lo planteó Monteagudo y hay que repensarlo ahora”, concluyó.