Cientos de doctores han enviado una carta quejándose de “censura” si denunciaban a los medios de comunicación o redes sociales la escasez de mascarillas o test.
Más de 20.000 sanitarios firman en cuestión de horas una carta pidiendo al Gobierno garantías para que aquellos que están en primera línea tengan mascarillas, gafas, batas y guantes. En definitiva, el batallón ha sido mandado a la guerra contra un asesino silencioso, pero no se le ha dotado de armadura. ¿Les resulta familiar? A medida que el Covid-19 se expande, más y más médicos y enfermeros denuncian que no cuentan con los medios apropiados para lidiar la batalla. Pero el problema se pone aún más serio cuando además son amenazados con expedientes disciplinarios e incluso despidos si comparten públicamente sus preocupaciones. Ha ocurrido en el Reino Unido. El país de las libertades, el que cuenta con la democracia más antigua de Europa ha dado un tremendo tropezón en medio de la crisis de la pandemia.
La Asociación de Médicos del Reino Unido (DAUK, por sus siglas en inglés) es la que ha dado la voz de alarma. Su presidente, el doctor Rinesh Parmar, asegura que esta semana su bandeja de entrada se llenó de correos electrónicos de personas preocupadas a las que se les había dicho “que iban a perder su trabajo si publicaban detalles [de sus condiciones laborales] en redes sociales”.
“Plantearon sus inquietudes internamente, pero no consiguieron nada. Y cuando comienzan a tratar el tema públicamente, se les informa que van a ser vigilados y que pueden incluso hasta perder sus trabajos”, señala. “En un momento en el que necesitamos que todos los médicos que están en primera línea hagan todo lo que puedan, simplemente no es útil que las personas tengan miedo”, añade.
Se esperaba que las autoridades actualizaran esta semana la guía sobre suministros adecuados de equipo de protección personal (PPE, por sus siglas en inglés). Pero recibieron un aluvión de más de 1.000 mensajes sobre el borrador que habían enviado a los organismos profesionales, ya que el texto era “vago” a la hora de determinar exactamente cuándo los médicos tenían que utilizar el equipo.
Sin uno de cada cuatro doctores
A día de hoy, uno de cada cuatro doctores y uno de cada cinco enfermeros del Sistema Nacional de Salud (NHS) está fuera de su puesto de trabajo, bien porque está enfermo, o bien porque ha tenido que ponerse en cuarentena.
Según Andrew Goddard, presidente del Royal College of Physicians, “los servicios de emergencias de Londres están en una posición mucho peor que otros lugares del Reino Unido en este momento”, aunque vaticina que, dentro de poco, otras grandes ciudades también se verán gravemente afectadas. “Birmingham también lo está pasando ya mal”, recalca. “En realidad, en todos los hospitales del país, las salas se están convirtiendo en unidades de Covid-19 a una velocidad muy rápida”, añade.
Este viernes, se inauguró el Nightingale, el hospital habilitado en el centro de convenciones de Londres, con capacidad para 4.000 personas. Ha sido construido en 9 días con ayuda de 200 militares. En los próximos días, se prepararán otros cuatro hospitales de campaña en Bristol, Harrogate, Birmingham y Manchester.
En medio de la crisis, un doctor en Gloucestershire asegura a ‘The Times’ que, el pasado fin de semana, estuvo en una sala con pacientes confirmados con Covid-19 y tanto él como sus compañeros solo tenían “delantales de plástico, guantes y máscaras quirúrgicas”. “Había un visor compartido por bahía [de seis pacientes] para todos los sanitarios y no teníamos batas”, explica.
Racionamiento de guerra
Por su parte, otro médico de emergencias en un hospital en Devon denuncia que a los sanitarios se les ha pedido utilizar “solo máscaras quirúrgicas, guantes y delantales de plástico”. “Atiende completamente a racionamiento de los suministros y no a la necesidad clínica”, matiza.
En medio de la polémica ante la censura que denuncian los profesionales del sector, un portavoz del NHS asegura, sin embargo, que “hablan sin problema alguno a título personal, sindical o profesional”. “Es evidente por la cobertura de los medios impresos y de radiodifusión a lo largo de este incidente que el personal puede y de hecho está hablando libremente”, apunta.
La carta dirigida esta semana al primer ministro, Boris Johnson, —que ha sido firmada por miles de profesionales del NHS— fue coordinada por ‘EveryDoctor’, una organización de médicos del Reino Unido que defiende la seguridad tanto del personal como de los pacientes.
La doctora Julia Patterson, una de las responsables, señala que “los casos de coronavirus están aumentando con gran rapidez en todo el país y los sanitarios deben utilizar un equipo de protección adecuado para evitar contraerlo ellos mismos”.
Sin test para los sanitarios
“Si se contagian, no solo se enfrentan a una enfermedad potencialmente mortal, sino que también pueden transmitir el virus a otros pacientes bajo su cuidado durante el período de incubación, antes de que aparezcan sus síntomas”, explica. “Es mejor prevenir que curar. Sabemos esto. Necesitamos prevenir la propagación de este virus siguiendo las pautas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y protegiendo adecuadamente a nuestros trabajadores. Los pacientes están muriendo, los sanitarios están muriendo. Es hora de actuar”, recalca.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha pedido a los países que no dejen de realizar “test, test y test”. Pero, de momento, tan solo 2.000 del casi medio millón de sanitarios británicos se ha sometido a la prueba para saber si tiene Covid-19. Eso lleva a que un amplio porcentaje se vea ahora obligado a permanecer aislado, por haberse expuesto al contagio, sin saber si está o no infectado.
En el Reino Unido se realizan actualmente alrededor de 10.000 test diarios, principalmente a los enfermos que ingresan ya graves. Pero tal y como anunció este jueves el responsable de Sanidad, Matt Hancock, que acaba de terminar la cuarentena tras haber dado positivo, el objetivo es llegar a los 100.000 diarios para finales de abril.