Sentó las bases de la medicina moderna con características para cada paciente.
Fue un científico de fama universal que negó y desmontó la idea de diversas razas, demostrando que el hombre es uno solo, fruto de un mosaico de «contaminaciones». Luigi Luca Cavalli-Sforza (1922-2018), innovador digno de Nobel, que no le concedieron, y pionero en el estudio de la genética de las poblaciones, falleció a los 96 años en la ciudad de Velluno, región del Véneto. Biólogo y genetista, Cavalli-Sforza logró transformar la genética, hasta entonces una ciencia artesanal, en una gran empresa con dimensión transnacional y de muy alto contenido tecnológico.
Profesor en las más prestigiosas universidades italianas y del mundo, entre ellas la de Stanford, tuvo la intuición de que nuestros genes conllevan precisas huellas de la historia humana profunda y de los antiguos desplazamientos de las poblaciones. Abrió así un campo nuevo de la investigación con un enfoque multidisciplinar en el estudio del genoma, combinando especialidades diversas, desde la demografía y la antropología, a la estadística pasando por la arqueología y la lingüística. Se convirtió en antropólogo guiando expediciones de investigación con varios pueblos africanos, entre ellos los pigmeos. Ese encuentro con la diversidad humana real lo convenció cada vez más de que a través de las diferencias genéticas humanas era posible reconstruir el árbol de las separaciones históricas entre los pueblos de la Tierra y la difusión de los genes entre las poblaciones mediante mezclas y migraciones. Por ejemplo, gracias a sus estudios ha sido posible establecer, según destaca el genetista Giuseppe Novelli, que los pueblos originarios de América procedían de una región central de Siberia a través de flujos migratorios que se produjeron durante el Pleistoceno.
Además, gracias a su trabajo podemos descubrir mucho de lo que fuimos: el acontecimiento de separación en términos genéticos entre el hombre del Neanderthal y el hombre moderno se realizó hace 500.000 años. Los estudios de genómica han demostrado que los Neanderthal se cruzaron con los primeros seres humanos modernos salidos de África, mientras que las poblaciones no africanas son el producto de esta mezcla. Se estima que, de media, del 1 al 4 por ciento de genoma de un no africano está constituido de secuencias heredadas de los Neanderthal. Obviamente, son muchas las implicaciones que esto tiene incluso hoy día. Por ejemplo, algunas de estas secuencias estarían en la base de patologías de la piel, del sistema inmunitario, del metabolismo, así como del aparato reproductor o del sistema nervioso, incluyendo disturbios depresivos.
No solo revolucionó la comprensión de nuestros orígenes y de la diversidad entre los hombres, sino que sentó también las bases de la medicina moderna, que tiene en cuenta las características peculiares de cada individuo. Es lo que hoy se llama medicina personalizada, para curar a los pacientes según las características particulares de cada uno.
Cavalli-Sforza será recordado, sobre todo, porque reconstruyó la historia del hombre, llegando a demostrar científicamente que no tenía fundamento el concepto de raza humana.