En Biha, uno de los Estados más poblados y pobres del norte de la India, fallecieron 22 niños de entre 8 y 12 años por comer comida en mal estado. Según las autoridades, el almuerzo contenía restos de insecticidas. Otros 26 menores están siendo atendidos en el hospital de Patna.
Las primeras investigaciones indican que había restos de insecticida en el arroz, las lentejas o los vegetales que sirvieron ese día en la escuela. También se maneja la posibilidad de una mala higiene y un mal manejo de los alimentos. De hecho, los hijos de las cocineras también han sido afectados. Dos murieron y otros dos están internados en el hospital.
El programa indio de almuerzos escolares es el más grande del mundo, con más de 100 millones de niños que dependen de él. Además, es un incentivo para que las familias más pobres manden a sus hijos a la escuela y no a trabajar. “Puede que ahora la gente deje de mandar a sus niños. Además, este programa desafortunadamente sufre por la rampante corrupción. La comida no alcanza en la cantidad y calidad deseadas”, aseguraron desde una ONG. Anteriormente habían aparecido lagartos, ranas, insectos y hasta una rata muerta en las comidas escolares, según informó el diario The Times of India.
Una vez conocido el hecho, decenas de manifestantes salieron a la calle a protestar, quemaron autobuses y atacaron las oficinas del gobierno y de la escuela donde ocurrió la tragedia. Los manifestantes aseguran que la policía y los servicios médicos tardaron demasiado tiempo en responder y que por eso se perdieron más vidas.
El gobernador Nitish Kumar anunció una compensación a las familias de las victimas por 200.000 rupias (2.569 euros) y envió a los otros niños a un mejor hospital. Por su parte, la oposición y los manifestantes insisten en responsabilizar la demora que tuvo la atención de los niños. “Tomó 15 horas evacuar a las víctimas. Es una negligencia criminal y el gobierno es responsable de ello”, acusó Rajiv Pratap, del partido opositor BJP.