Enfermo de un agresivo cáncer cerebral desde hace algo más de un año, por el cual ayer había dejado de recibir tratamiento, el excandidato presidencial republicano en 2008 y senador por Arizona John McCain murió hoy a los 81 años.
Héroe de la guerra de Vietnam, donde se desempeñó como piloto y fue prisionero durante cinco años, McCain había ganado relevancia en la última etapa como crítico del presidente norteamericano, Donald Trump .
“El progreso de la enfermedad y el avance inexorable de la edad están dictando su veredicto”, había señalado ayer la familia de McCain en un comunicado. “Como muestra de su habitual determinación, eligió interrumpir el tratamiento”, añadió. El legislador fue diagnosticado de cáncer en julio del año pasado y estaba retirado de la vida política en Washington, donde llevaba seis legislaturas representando a Arizona, desde diciembre pasado.
Con fama de moderado y de ser capaz de llegar a acuerdos con los demócratas, McCain fue el candidato republicano que perdió en las elecciones de 2008 ante Barack Obama.
Hijo y nieto de militares, McCain había nacido el 29 de agosto de 1936 en una base aérea en la zona del Canal de Panamá, bajo control norteamericano, donde su padre, John Sidney McCain, cumplía tareas militares. La vida de McCain quedaría desde entonces marcada por la carrera militar de su padre y la que él emprendió luego. De joven, fue inscrito en unos 20 colegios y, tras un número similar de mudanzas, recibió el grado de bachiller en un colegio episcopaliano, la religión que profesó, ubicado en el norte del estado de Virginia.
Más tarde se entrenó como piloto en Pensacola, Florida, y concluyó su preparación en 1958 en la Academia Naval de Annapolis.
Seis años después se casó con Carol Shepp, una modelo de Filadelfia, y adoptó a los dos hijos de ella. Posteriormente tuvieron una hija, Sidney, que nació en 1966. La vida en familia duró poco.
En 1967, McCain fue enviado a la guerra de Vietnam, donde sobrevivió milagrosamente al ataque contra el ‘USS Forrestal’, en el que murieron 130 soldados estadounidenses. La suerte le cambió en cuestión de días. El 26 de octubre, mientras pilotaba un avión en su misión número 23, un misil tierra-aire lanzado por la guerrilla norvietnamita del Vietcong alcanzó de lleno el aparato. McCain se salvó gracias a que pudo eyectarse.
Con lesiones diversas, fue capturado en el agua por los vietnamitas y conducido al campamento de Hoa, próximo a Hanoi, donde fue torturado largamente. Sufrió la fractura de sus brazos, lo que explica que ya no pudo levantar las manos para peinarse o lavarse los dientes como los demás mortales. Sus captores no tardaron en darse cuenta de quién era. Con artículos en sus tapas, los diarios The New York Times y The Washington Post dieron la noticia.
El drama terminó en 1973, después de cinco años y medio, cuando McCain volvió a Estados Unidos para someterse a un tratamiento psicológico tras el cual terminó su matrimonio con Carol Shepp.
El divorcio se hizo oficial en abril de 1980 y un mes más tarde se casó nuevamente con Cindy Hensley, casi 20 años menor que él, heredera de Anheuser-Busch, una firma distribuidora de cerveza. Al año siguiente, pidió la baja en la Armada y se mudó al estado de Arizona, donde vivió desde entonces con Cindy, con quien tuvo tres hijos, además de Bridget, una huérfana nacida en Bangladesh que decidieron adoptar.
Fue en Arizona donde incursionó a la política. Primero llegó a la Cámara en 1983, y después, en 1987, logró un escaño en el Senado. Como senador, formó parte de comités importantes como el de Relaciones Exteriores y
Servicios Armados
Republicano de vieja escuela, criticó con ferocidad a Trump desde que el magnate se lanzó a la carrera por la Casa Blanca y, a diferencia de otros muchos compañeros del partido, no cambió de discurso cuando ganó las elecciones de noviembre de 2016 y se convirtió en presidente.
En su último año como legislador, defendió a los inmigrantes de los ataques de Trump y había votado en contra de la liquidación de la reforma sanitaria de Obama.