“Il Cavaliere” fue un personaje central de la vida política italiana desde hace tres décadas. Fue primer ministro entre 1994-1995, 2001-2006, 2008-2011, eurodiputado entre 1999-2001 y senador. Amigo personal de Vladimir Putin, construyó su carrera política gracias a su éxito como empresario y presidente del Milán AC.
Silvio Berlusconi sobrevivió a decenas de escándalos políticos y sexuales y a numerosos juicios, a tal punto que millones de italianos lo apodaron “el inmortal”. Pero el hombre que fue tres veces primer ministro y presidente del club Milan AC finalmente murió a los 86 años en un hospital de Milán donde estuvo internado en los últimos días en cuidados intensivos “para el tratamiento de una infección pulmonar” causada por una “leucemia mieloide crónica”.
Berlusconi fue durante más de tres décadas una figura central de la política y la sociedad italiana. Hizo un regreso a la primera plana como senador en 2022, aunque en los últimos años fue principalmente noticia por sus numerosas entradas y salidas del hospital, los juicios que enfrentó y sus declaraciones a favor de su amigo personal Vladimir Putin en el marco de la guerra de Ucrania.
Un imperio mediático y futbolístico
Silvio Berlusconi nació el 29 de septiembre de 1936 en una familia de clase media milanesa, hijo primogénito de Luigi Berlusconi Lutesta y Rosa Bossi. Dueño del imperio mediático Mediaset -que posee varios canales de TV, diarios y revistas de Italia-, Berlusconi construyó su carrera política gracias a su éxito como empresario y como presidente del Club Milán AC, al que compró en 1986 por 20.000 millones de liras (unos 10 millones de dólares).
En sus 10 primeros años de presidencia, Berlusconi jugó cinco finales de Champions, de las que se llevó a casa tres. Fue suficiente para convencer a parte del electorado que era la persona indicada para dirigir la séptima economía mundial.
En 1994, creó su propio movimiento político de derecha, Forza Italia, con un énfasis en las libertades individuales y de mercado y un rechazo al Partido Comunista italiano. Se alió con la regionalista Liga Norte y la neofascista Alianza Nacional y llegó por primera vez al poder.
Sin embargo, su primer gobierno duró poco. Cayó en enero de 1995 en medio de protestas sindicales y tras la deserción del partido Liga del Norte, que se oponía a la federalización del país. En 1996, Berlusconi enfrentó un primer juicio por corrupción en su holding Fininvest y perdió las elecciones legislativas ante la coalición de centro-izquierda liderada por Romano Prodi.
Cinco años después, volvió a ganar las elecciones y contra todos los pronósticos, esta vez logró terminar su mandato. Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas, el magnate decidió alinearse con Estados Unidos y mandó tropas a los campos de batalla pese a la opinión en contra delos ciudadanos.
Su último periodo como jefe de Estado italiano, entre 2008 y 2011, concluyó en medio de la crisis económica que enfrentaba su país y de la polémica por las llamadas fiestas “bunga bunga”, auténticas orgías con prostitutas que organizaba en su lujosa villa de Arcore, en las afuera de Milán. El 12 de noviembre de ese año, a pedido del presidente Giorgio Napolitano, Berlusconi renunciaba a su cargo.
El Rubygate, la condena a siete años de cárcel y la absolución
Berlusconi, que suele admitir que es “un pecador, como todo el mundo”, siempre fue conocido por sus comentarios machistas. “Un sondeo dice que el 33% de las jóvenes italianas sí se acostarían conmigo. El resto de las chicas contesta: “¿Otra vez?”, son algunas de sus bromas de mal gusto sobre las mujeres.
Sin embargo, el caso Ruby, en referencia a la joven marroquí Karima El-Mahroug, alias “Ruby Robacorazones”, una de las invitadas especiales a sus fiestas que entonces era menor de edad, puso bajo los proyectores de todo el planeta su comportamiento.
Durante el juicio, la fiscal Tiziana Siciliano describió a Berlusconi como una suerte de “sultán” que solía “animar sus veladas con un grupo de odaliscas, esclavas sexuales a sueldo, contratadas para entretener”. El magnate, en tanto, acusó a los magistrados de “neopuritanismo” y de atentar contra su vida privada.
Según declaró la propia Ruby, las fiestas se hacían en un sótano.“Todas las chicas estaban desnudas, tenía la impresión que rivalizaban entre ellas con gestos sexuales cada vez más osados para que Berlusconi las notara”, declaró en su momento Ruby al diario La Repubblica.
“Berlusconi me explicó que bunga bunga es un harén como el de su amigo Khadafi (el líder libio Muamar Kadhafi), con chicas que se desnudan y le proporcionan ‘placeres físicos’”, declaró la joven.
En junio de 2013, Berlusconi fue condenado a siete años por prostitución de menores y abuso de poder en primera instancia. Tras esta condena, el 27 de noviembre de 2013 el Senado de la República votó a favor de su destitución del cargo de senador.
En 2014, el Tribunal de Apelación de Milán determinó que Berlusconi “no tenía por qué saber que la joven era menor de edad” y en marzo de 2015 el magnate de la comunicación fue absuelto definitivamente por la Corte de Casación.
Los magistrados, convencidos de que el multimillonario había pagado millones de euros a numerosas personas por su silencio, abrieron una nueva investigación en 2017, que terminó en febrero de 2023 con la absolución de Berlusconi. La defensa de Berlusconi afirmó que el dinero entregado era una compensación por los daños a la reputación de las personas implicadas en el caso e insistió en que fue juzgado por su “generosidad”.
“Finalmente he sido absuelto tras más de 11 años de sufrimientos, calumnias y daños políticos incalculables”, reaccionó con un tuit Berlusconi tras la sentencia.
Pese a los numerosos escándalos, procesos abiertos y sentencias condenatorias en primer grado, la única condena en firme que recibió Berlusconi en todos estos años fue en 2012 por fraude fiscal.