El cargamento cocaína estaba oculto en 12 valijas que habían sido dejadas en un colegio anexo a la embajada de Rusia en Buenos Aires; en la Argentina están siendo juzgados desde febrero otros dos presuntos miembros de la banda, entre ellos, un oficial de la ex Policía Metropolitana.
Un jurado de Moscú declaró a un falso empleado diplomático ruso que se presentaba como agente secreto y a otros tres hombres de la misma nacionalidad culpables del contrabando de 389 kilos de cocaína ocultos en 12 valijas descubiertas en 2016 en la embajada de Rusia en Buenos Aires.
Según la agencia de noticias rusa Sputnik, el tribunal del distrito de Dorogomilovski indicó que en el mismo veredicto se pidió indulgencia para los ahora condenados y anunció que el 16 de diciembre próximo se dictará sentencia.
El fallo alcanzó a Alí Abiánov, Vladímir Kalmikov, Andréi Kovalchuk e Ishtimir Judzhámov. Según la fiscalía rusa, “la culpabilidad de los acusados fue probada completamente”. Se identificó a Kovalchuk como “el presunto organizador del contrabando”.
Kalmikov, Judzhámov y Abiánov fueron apresados en Moscú poco después de que se descubrió la droga en Buenos Aires, hecho denunciado por los diplomáticos rusos a los servicios secretos. Kovalchuk fue arrestado en Alemania y extraditado a Rusia.
“Según declararon los acusados, Kovalchuk –que se presentaba como empleado de la embajada o agente de los servicios secretos– los engañó proponiéndoles ganar dinero”, al tiempo que “el Ministerio de Exteriores ruso comunicó que Kovalchuk nunca trabajó en ese organismo ni en misiones diplomáticas rusas en el extranjero”, añadió Sputnik.
El capítulo argentino del caso
En tanto, en la Argentina otros dos acusados son enjuiciados desde febrero de este año. La semana pasada, en su alegato ante el Tribunal Oral Federal N°4, el fiscal general Abel Córdoba dio por acreditado los vínculos con el contrabando investigado del oficial de la ex Policía Metropolitana de la Ciudad de Buenos Aires, Iván Blizniouk, de 38 años, y del mecánico Alexander Chikalo, de 40, ambos nacidos en Rusia y naturalizados argentinos.
Según informó el Ministerio Público Fiscal (MPF) en su sitio institucional fiscales.gob.ar, Córdoba sostuvo que Blizniouk y Chikalo –detenidos en el penal de Marcos Paz– integraban una organización trasnacional dedicada al tráfico de drogas con ramificaciones en varios países, entre ellos Rusia, Alemania, Países Bajos y Argentina.
“Con la prueba incorporada y producida durante el debate, a nuestro criterio se acredita con certeza la responsabilidad criminal de los acusados Blizniouk y Chikalo en los hechos que tenemos en juzgamiento”, dijo el fiscal ante los jueces Néstor Costabel, Daniel Obligado y Jorge Gorini.
Córdoba señaló que en una conversación telefónica los imputados admitieron haber tenido materialmente las valijas del cargamento, entregadas por Kovalchuk, ahora condenado en Rusia. “Ambos acusados reconocieron haber tenido materialmente las valijas del cargamento”, detalló la fiscalía, que describió lo hecho por Blizniouk y Chikalo como un “sostenido actuar doloso en una organización criminal”.
En el alegato, el fiscal general federal sostuvo que “la estructura de la [ex] Policía Metropolitana resultó permeable a contener y a que se desarrollaran en su ámbito maniobras vinculadas con narcotráfico que estamos juzgando, y eso no por defecto de la institución, sino por la actuación inexplicable de sus autoridades”.
Córdoba adelantó que en la audiencia del 23 de diciembre próximo pedirá las penas para ambos acusados.
El caso
La causa se inició en diciembre de 2016, cuando las propias autoridades diplomáticas de la Embajada de Rusia en Buenos Aires sospecharon de esas valijas guardadas en la sede diplomática de Posadas 1663, Recoleta. Cuando encontraron que contenían droga, lo denunciaron ante el Ministerio de Seguridad y la Justicia argentina.
La investigación tuvo ribetes cinematográficos. El 13 de diciembre, el embajador de la Federación Rusa en Buenos Aires, Víctor Koronelli, llamó a Patricia Bullrich, entonces ministra de Seguridad, para decirle que en una oficina de un anexo de la sede consular había 12 valijas que quizás contenían estupefacientes.
Esa misma noche se le notificó al juez federal Julián Ercolini, que dio autorización a la Gendarmería para investigar el contenido de las valijas, que estaban guardadas en el colegio adjunto a la embajada. A las 2 de la mañana del 14 de diciembre de 2016, los gendarmes entraron en el edificio con la llave de una puerta lateral que les entregó el jefe de la legación diplomática.
El primer narcotest dio positivo: en las 12 valijas había droga. En acuerdo con las autoridades rusas se decidió hacer una entrega controlada, para lo cual se ordenó cambiar la cocaína por harina. En plena madrugada, los gendarmes fueron al Mercado Central de Buenos Aires a comprar 400 kilos de harina. En cada valija se colocó un rastreador satelital y se instaló una cámara oculta para monitorear las 24 horas el despacho donde quedó el equipaje.
Una de las sospechas que sobrevolaron el expediente fue que la organización criminal pretendía aprovechar un viaje protocolar a Rusia para llevar las valijas con la droga.
“Blizniouk actuó en contraposición a su rol de funcionario público y de colaborador de la seguridad de la embajada. Como policía, era su responsabilidad hacer cesar el delito en curso; sin embargo, no ocurrió así, a tal punto que aprovechándose de su calidad de tal tuvo un aporte fundamental para la organización. Se encuentra debidamente acreditado su vínculo con la embajada rusa, toda vez que en su labor como capacitador del personal policial organizó intercambios educativos y congresos con la dependencia diplomática, permitiendo en algunas ocasiones la participación a funcionarios de la policía bonaerense y de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), además de ejercer en varias ocasiones como traductor ante cualquier eventualidad suscitada”, sostuvieron los fiscales en el requerimiento de elevación a juicio.
Según la investigación, las valijas habían sido introducidas antes de julio de ese año por Alí Abiánov, exdiplomático ruso, con la intención de trasladarlas “en forma fraudulenta por canales diplomáticos” hacia Europa.
Chikalo y Blizniouk están procesados por haber llevado adelante “la logística necesaria para la obtención, acondicionamiento, transporte y almacenamiento de la droga”.
A Chikalo se lo acusa de haber acondicionado el estupefaciente en las valijas, parte de las cuales reconoció haber guardado a pedido del empresario ruso en su casa, aunque -en su versión- sin saber cuál era su contenido.
Blizniouk, nacido el 11 de septiembre de 1982 en Sebastopol, provincia de Crimea, se había desempeñado en la Prefectura Naval Argentina y luego en la Policía Metropolitana, y cumplió un rol de intermediario entre los altos mandos de la fuerza de seguridad porteña y la embajada por su dominio de los idiomas español y ruso. En el juicio se lo acusa de “como funcionario público, valerse de sus contactos para evitar controles policiales y aduaneros en el aeropuerto internacional de Ezeiza”, además de entregar “regalos provistos por la organización”.
La instrucción de la causa estuvo a cargo de los fiscales federales Eduardo Taiano y Diego Iglesias, que está al frente de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar).