El dirigente peronista Julio Bárbaro habló esta mañana en la 99.9 sobre Amado Boudou y su presentación ante la justicia. También, sobre lo que vendrá después del kirchnerismo. “Lo que me entusiasma es que no habrá un presidente autoritario, que saldremos del personalismo para ingresar a un primus interpares”.
El kircherismo comienza hoy una etapa particular, con la declaración del vicepresidente Amado Boudou ante la justicia. Uno de los máximos detractores del marplatense siempre ha sido Julio Bárbaro, reconocido referente del peronismo que esta mañana en la 99.9 opinó: “Boudou expresa al Gobierno, lo planteo siempre. Es la imagen que ellos tienen de la política, un operador vivaracho, alguien que no militó nunca, que nunca debatió ni pensó. Es lo que el kirchnerismo le propone a la sociedad. El barniz de Carta Abierta y La Cámpora es secundario, lo que importa es lo que pasa”.
Según Bárbaro, la aparición de agrupaciones como La Cámpora no hace más que corroborar una estructura de gobierno corrupta: “se ha ido degradando todo alegremente, se utilizó el poder del Estado para captar gente. La Cámpora termina siendo una agrupación de empleados públicos que invita a más empleados públicos. No he leído ningún documento que valga la pena de esta gente”.
En su opinión, ya se ha cerrado una etapa en la política argentina y ahora comenzará una nueva, sin los vicios del pasado: “esto marca el fin de un sistema que pretendió tener vocación revolucionaria. Ahora, los argentinos tendremos que construir una alternativa democrática, porque lo peor es el sectarismo, la idea de que son los dueños del bien. La decadencia es tal que cambiaron de objetivo al imperialismo por el Grupo Clarín; la degradación del enemigo muestra la degradación de los ideales”.
En esa idea de cambio, Bárbaro también destacó que la personalización quizás no sea una característica del próximo gobierno: “estoy dando una mano con De La Sota porque me parece un peronismo más lógico. Lo que me entusiasma es que no habrá un presidente autoritario, que saldremos del personalismo para ingresar a un primus interpares. Necesitamos gobiernos débiles para que los pueblos puedan ser fuertes. No tenemos gobernantes que después de dejar el gobierno puedan sostener un prestigio”.