El ex viceministro de Salud de la Nación, indicó en la 99.9 que los números del coronavirus son similares a los que el año pasado tuvieron la gripe y la neumonía: “el distanciamiento social y cuidado personal son mucho más efectivos que el confinamiento”.
El impacto del COVID en la Argentina ha tenido distintos puntos de análisis, pero un factor en común: el seguimiento cotidiano de cifras de contagios y muertes como no ha sucedido con otro tipo de afecciones similares en años anteriores.
El ex viceministro de Salud de la Nación, Néstor Pérez Baliño hizo un desglose comparandolo con cifras de fallecimientos por gripes o problemas respiratorios en 2019. Los resultados, los comentó en la 99.9: “tenemos que analizar que nos pasó y donde estamos ahora. Nos pasó que el confinamiento estricto no tuvo el efecto esperado y Argentina hoy está entre los países con mayor mortalidad y contagiosidad por cantidad de habitantes. Esto no quiere decir que no hay que cuidarse de la pandemia”.
Para el Cardiólogo hay otras medidas que resultaron por demás efectivas antes que el encierro: “el distanciamiento social y cuidado personal son mucho más efectivos que el confinamiento. Ahora tenemos que ver en que situación estamos porque las medidas extremas nunca son buenas y menos atemorizar a la población. El trastorno de salud mental, trae problemas inmunológicos”.
Los números que se repiten día a día en los medios, no están por encima de los que se tuvieron incluso en 2019: “la mortalidad en Argentina del COVID vino a desplazar a la mortalidad que se producía por gripe y neumonía. En 2019 hubo cerca de 1 millón de personas contagiadas por gripe y neumonía, es decir los que tenían síntomas, de ellos fallecieron cerca de 32 mil pacientes. Todos los años sucede esto. Este año llevamos algo más de un millón de contagios, aunque ahora se testean casos asintomáticos porque se los busca, y estamos en el mismo número de fallecimientos”.
Este tipo de actividad virosica suele suceder todos los años, pero va mutando la forma: “esto es habitual en las virosis, la que llega primero genera la mayor mortalidad, se llama sustitución mórbida. No tenemos un exceso de mortalidad, pero eso no quiere decir que no hay que cuidarse”.
El miedo que se ha instalado, genera cambios en la vida de las personas al momento de interactuar: “no debemos tener la sensación de que vamos caminando y al lado nuestro pasa gente con COVID que nos puede contagiar. La población que está infectada es muy baja, cuando uno va en su actividad, en la calle, no tiene que ir tan atemorizado. Hay que utilizar el barbijo que es más útil para no contagiar que para recibir el contagio”.
La diferencia, para el Dr. Pérez Baliño, radica en ese seguimiento diario de contagios y muertes: “estamos en una situación similar a la de todos los años pero esta vez la población conoce los números. Como es un virus nuevo, hay que tener más precaución hasta que empiece a bajar la circulación”.
El Laboratorio Pfizer anunció una efectividad del 90% en la Fase 3 de su vacuna y es una luz de esperanza que se abre, pero también con cierta lógica: “que hoy se produzca una vacuna rápidamente es lógico porque hay tecnología y conocimiento para poder hacerlo. El tiempo que demora es al hacer la fase 3 porque hay que tomar cierto número de casos y hacer el sistema de doble ciego”, concluyó.