Para hoy, el gobierno local dispuso la paralización de clases y del transporte público, asueto administrativo municipal, provincial y judicial y el cierre de cadenas de hipermercados y grandes comercios.
Las autoridades provinciales de Neuquén, reunidas en un Comité de Emergencia, decidieron este domingo paralizar todas las actividades públicas y privadas ante la llegada de la tormenta “Lucrecia”, considerada la peor de los últimos 40 años.
En las últimas horas, se definió la suspensión de las clases en todos los niveles en gran parte de la provincia y se decretó el asueto en la administración pública provincial y en al menos cinco de los municipios que serían afectados por la tormenta.
La lluvia se inició el miércoles en el Alto Valle de Río Negro y Neuquén, pero las autoridades destacaron que la tormenta principal se registrará en las próximas horas y que será tan devastadora como la registrada en esta región en 1975, que causó la muerte de unas 20 personas en la capital provincial.
“Lucrecia”, bautizada así desde las redes sociales, llegará a la región en la madrugada de este lunes con precipitaciones de unos 100 milímetros, que equivalen a la media anual en toda la provincia. Este domingo por la tarde, el Comité de Emergencia informó que hay al menos 15 familias evacuadas en Neuquén y se le pidió a toda la población permanecer en sus hogares al menos hasta el martes.
El ministro de Seguridad de la provincia y miembro del Comité, Gabriel Gastaminza, señaló: “seguimos pidiéndole a la población que, salvo que sea indispensable, no salga a las rutas. Estamos preocupados por los muchos milímetros que puedan llegar a caer en las próximas horas”.
“Según la información que nos brindan los meteorólogos, lloverán entre 10 y 20 milímetros de agua por hora y serían de 10 a 12 horas ininterrumpidas de precipitaciones”, explicó Gastaminza. Por su parte, el secretario de Coordinación del municipio neuquino, Marcelo Bermúdez, sostuvo que “todos los barrios de Neuquén van a sufrir estas inclemencias climáticas” y solicitó que aquellas personas ubicadas en casas inundables “tomen la decisión de autoevacuarse”.
Además, Bermúdez admitió que la “preocupación son los canales, que hasta este momento están drenando correctamente”. En tanto, vecinos del norte y el oeste de la ciudad se quejan por el mal funcionamiento de las líneas de emergencia, que se encuentran saturadas, y señalaron que debieron asistirse por su cuenta.
Diferentes organizaciones sociales, sindicatos y partidos políticos se pusieron a disposición para acopiar alimentos no perecederos y todo tipo de material que pueda servir para ayudar a los damnificados.