Nigeria asegura que Boko Haram controla sólo 3 ciudades

A comienzos de año, el grupo islamista mantenía hasta veinte zonas bajo su yugo.

Boko-HaramCarrera contrarreloj en busca de un comodín electoral. El Ejército de Nigeria ha asegurado que las zonas del noreste de Nigeria bajo el control de la milicia islamista de Boko Haram se limitan ya a solo a tres. Unos números que contrastan con los de comienzos de año, cuando las regiones dominadas por el grupo radical superaban las veintena.
«Todavía quedan tres zonas -Abadam, Kalabaldi y Gwoza-, y somos optimistas de que con el tiempo vamos a liberarlas», aseguró a los medios el teniente general Tobiah Minimah, jefe del Estado Mayor.
La nueva dirección del conflicto (o al menos, su anuncio oficial) se produce a menos de diez días para las elecciones presidenciales; comicios que ya fueron aplazados, precisamente, ante la incapacidad de las Fuerzas Armadas para garantizar la seguridad durante el proceso.
Entonces, quizá eufórico en exceso por los acontecimientos, Sambo Dasuki, consejero en materia de seguridad del todavía mandatario, Goodluck Jonathan, aseguró que para el 28 de marzo, fecha en la que se celebrarán las votaciones (o al menos, así está previsto), el Ejército nigeriano habría destruido la totalidad de los bastiones del grupo armado.

Ahora, es cierto, las cartas son algo diferentes.

En las últimas semanas, por ejemplo, Fuerzas de Chad y Níger han iniciado una ofensiva definitoria contra Boko Haram, mientras el propio gobierno nigeriano reconoce que empresas de seguridad privada de Rusia, Corea del Sur y Sudáfrica se encuentran en el terreno para capacitar a sus tropas (no obstante, pese a los desmentidos oficiales, diversas fuentes aseguran que la participación de mercenarios extranjeros no se limitaría a meras labores de entrenamiento).
De igual modo, la Unión Africana ya ha aprobado la creación de una fuerza internacional para frenar el avance del grupo yihadista. El contingente, formado por soldados de cinco países (Nigeria, Camerún, Chad, Benín y Níger), deberá ahora ser ratificado por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para su despliegue en territorio africano.

Interés electoral

Sin embargo, también es cierto que, después de seis años de cruento conflicto, más de 13.000 muertos a manos de los insurgentes y 3,3 millones de desplazados internos, la pretensión de acabar con el grupo terrorista en apenas unas semanas se presenta como una utopía desmesurada.
Aunque el interés no es solo militar: el aplazamiento electoral ha beneficiado especialmente al presidente Jonathan, a quien permitió mayor margen de maniobra: en febrero, los sondeos le concedían un empate técnico con su principal rival, Muhammadu Buhari, un antiguo dictador que ya ha prometido acabar con la acuciante corrupción que sacude Nigeria. Y conforme se acerca el próximo día 28, cualquier anuncio sobre la suerte de Abubakar Shekau, líder de Boko Haram, podría decantar la balanza electoral a uno u otro lado.