La medida anticorrupción supondrá un ahorro para el Ejecutivo de 11 millones de dólares.
El Gobierno de Nigeria ha anunciado la baja de casi 24.000 trabajadores «fantasma» que componían su masa laboral. La medida se produce después de que una auditoría revelara cómo decenas de miles de dólares se transferían a cuentas bancarias cuyos titulares no eran funcionarios públicos.
«El Gobierno federal eliminó a 23.846 trabajadores no existentes de su nómina», aseguró Festo Akanbi, asesor especial del ministro de Hacienda, Kemi Adeosun, al confirmar que el fin de estos pagos supondrá un ahorro de 11 millones de dólares para el Ejecutivo.
Desde su nombramiento el pasado mayo como nuevo presidente de Nigeria, el sendero político de Muhammadu Buhari ha estado marcado por la promesa de acabar con la corrupción.
Ya en agosto el mandatario anunciaba el nombramiento de un comité de siete miembros, la mayoría académicos, para colaborar en la lucha contra esta perversión económica que sufre Nigeria, así como dar un giro al sistema penal.
«Su cometido es aconsejar a la actual Administración en la guerra contra la corrupción y en la implementación de las normas requeridas en el sistema judiciario de Nigeria», confirmó entonces el portavoz presidencial, Femi Adesina, sobre el nuevo comité.
A finales de 1970, Buhari fue nombrado presidente de la Corporación Nacional Nigeriana de Petróleo y sirvió durante dos años como comisionado federal (ministro) para el petróleo y los recursos naturales. Curiosamente, y al contrario que sus rivales, en estos años, los ingresos del crudo no fueron a parar a sus bolsillos.
El paralelismo resulta sonrojante. En febrero de 2014, el gobernador del Banco Central de Nigeria, Lamido Sanusi, acusaba a la compañía nacional del petróleo local —Nigerian National Petroleum Corporation— de saquear de forma sistemática los ingresos del oro negro. Durante una comparecencia ante el comité de finanzas del Senado, Sanusi aseguró que, de 67.000 millones de dólares vendidos de petróleo entre enero de 2012 y julio de 2013, 20.000 millones continúan «perdidos». Sanusi sería finalmente apartado de su cargo.
No eran las únicas acusaciones. En una reciente gira americana, el propio presidente Buhari pidió a su homólogo estadounidense, Barack Obama, ayuda para localizar y recuperar cerca de 150.000 millones de dólares que su Administración estima fueron saqueados de las arcas gubernamentales en la última década.
Robo de combustible
Aunque más sangrantes si cabe son las investigaciones internas de aquellos años. En mayo de 2012, un informe del Parlamento nigeriano revelaba la «corrupción endémica y la ineficacia arraigada» que había sufrido el régimen de subvenciones al carburante. En el documento se denunciaba cómo, entre otras cuestiones, la mala gestión y el robo de combustible por parte de los funcionarios del Gobierno costaron, por ejemplo, cerca de 5.500 millones de euros en tres años, alrededor de un cuarto del presupuesto anual del país.
En 2014, Nigeria se convertía en la primera economía regional, sobrepasando a Sudáfrica, con un Producto Interior Bruto anual de 510.000 millones de dólares.