El economista José Luis Espert habló en la 99.9 sobre el momento que atraviesa el país, pero destacó que no se acerca una crisis como la de la década pasada. “Argentina pasa alegremente de sentirse Suiza a creer que todo se incendia y no puede ser así”, agregó.
El momento económico del país es delicado. Pero lejos de los augurios negativos de algunos especialistas, José Luis Espert resaltó en la 99.9 que nos encontramos lejos de una crisis como fue, por ejemplo, la de 2001.
Eso lo afirmó el propio especialista: “desde el punto de vista económico no estamos cerca del 2001. Hay que tener poca memoria para decir eso. Se robaron los ahorros de la gente, hubo un conflicto social usado políticamente y que hizo caer 5 presidentes. No estamos en esa situación, de ninguna manera. Es una situación complicada como tantas otras en un cierre de un programa económico”, explicó.
Lo cierto es que para terminar el proceso debe aparecer una persona con responsabilidad para poner el freno al sistema existente: “alguien tendrá que asumir la responsabilidad del ajuste para que Argentina tenga un resucitamiento. Argentina pasa alegremente de sentirse Suiza a creer que todo se incendia y no puede ser así”, opinó respecto de los apocalípticos.
También resaltó que la falta de información en la población lleva a ese pánico que a veces se pretende instalar: “esto pasa en países ignorantes y con falencias culturales. La recuperación 2003 a 2011 fue una recuperación de rebote. Volvimos en 2012 a estar estancados, pasó lo mismo con la convertibilidad. Ahora nos va a pasar más o menos lo mismo”, anticipó Espert.
Respecto al año que acaba de comenzar, vaticinó que tendrá las mismas características que el último: “veo un 2015 crítico, recesivo, con alta inflación, un gobierno que está pensando más que quedarse que en irse, pero no cerca de 2001. No hay nada que indique que eso pueda ocurrir”, reiteró.
Los procesos económicos en Argentina se han tornado reiterativos y eso tiene que ver, según Espert, con la reiteración en los mismos sistemas, sin tener discusiones profundas sobre como se debe llevar adelante una política. “Desde la segunda guerra mundial es increíble lo parecidos que son todos los programas económicos. Hemos transformado a la política en una cosa de brujería, amamos y odiamos al líder en lugar de discutir con el cerebro políticas concretas. Estamos enfermos de la adoración del líder providencial, Perón, Evita, Néstor, Alfonsín, Menem; cuando la política no es un sentimiento, es pensar que se hace con la educación, el comercio y demás”, dijo.
Las principales causas del déficit son las que deben ser abordadas y en ese sentido, Espert señaló que “hoy el gasto público es uno de los más altos del mundo y la presión impositiva sobre quien está en blanco es la más alta del mundo. Sin embargo, la gente no recibe nada a cambio”.