Rodrigo Pérez Weiss es el propietario del “3D LAB fab&café” ubicado en el barrio de Palermo y uno de los impulsores de la impresión 3D de una mano que le enviaron a Felipe, un niño de 11 años en Tres Algarrobos y que tenía una enfermedad genética. En la 99.9, explicó que “ahora se nos han acercado otros casos y vamos a ver como canalizarlo para tratar de ayudar a todos”.
La noticia de la mano 3D impresa para Felipe, niño de 11 años que viven Tres Algarrobos y tenía el sueño de tener aquello que una enfermedad genética le había quitado; fue una verdadera revolución. No sólo por el acto de generosidad de los que desarrollaron e imprimieron el elemento, sino porque se abre una posibilidad para muchas personas en la misma situación.
Uno de los responsables fue Rodrigo Pérez Weiss, propietario del “3D LAB fab&café”, habló en la 99.9 y analizó lo que representa hoy el mundo de las prótesis: “como en todo el mundo, hay mucha variedad. Hace poco salió un video de Youtube de un ex combatiente que comparaba distintas prótesis en funcionalidad, peso y costo. Hablaba de una prótesis bioeléctrica, pero decía que a nivel funcionalidad hacía lo mismo y que el costo era mucho más bajo a través de las impresoras 3D”, remarcó.
Desde que tuvieron la idea de ayudar a Felipe y esa noticia llegó a ser nacional, les llegó una lluvia de consultas que intentarán evacuar: “nos ha contactado muchísima gente, la noticia surgió y tuvo una repercusión inesperada. No pensamos que crecería tanto. Nos había escrito la madre de Felipe por Facebook para pedirnos si lo podíamos ayudar y lo hicimos. Ahora se nos han acercado otros casos y vamos a ver como canalizarlo para tratar de ayudar a todos”, advirtió.
Claro que cada prótesis que se solicita tiene distintas características, así también como las personas que las solicitan: “en el caso de él, la prótesis que hicimos es para un caso particular porque tiene el antebrazo, la muñeca y un pequeño muñoncito, lo que no tiene es dedos. Nos han llegado ahora pedidos muchos más complejos y tenemos que ver a quienes podemos ayudar”, agregó.
Fue tanta la demanda, que debieron organizarse para atenderla de la mejor manera: “trabajamos con un protesista amigo para analizar cada caso, pero lo que hicimos fue generar un formulario que subimos a nuestras páginas de Facebook donde la gente va subiendo los datos. Lo que haremos es una ficha de cada caso y verlo con un equipo de profesionales. La idea es tomar todos los casos y ver con quien podemos avanzar”. Luego agregó: “no queremos hacer un negocio con fines comerciales, sino tratar de ayudar a la gente”.
La revolución no sólo se genera por la posibilidad de obtener las prótesis, sino también por la creación de esta nueva tecnología que revolucionará al mundo: “la impresión 3D de alguna manera, corta horizontalmente todas las industrias. Hay gente dentro de la medicina que le interesa, pero también arquitectura, rubros industriales, hobbistas; casi no tiene límites”, resaltó Pérez Weiss.
Como siempre, habrá quienes pretendan llegar las impresiones 3D a un plano perjudicial, pero por eso, piensa que se deberá trabajar en una legislación: “como toda tecnología se puede utilizar para bien o para mal. Esta semana salió una noticia de un japonés que lo habían metido preso por imprimir armas. Sirve para imprimir cualquier cosa y se vendrá un debate importante sobre como se controlará esto”, finalizó.