Carlos es vecino del Barrio Centenario y denunció esta mañana en la 99.9 a un grupo de personas que no deja dormir a los vecinos del lugar poniendo música fuerte hasta altas horas de la madrugada. Cuando fueron a buscar respuestas en el destacamento que se ubica dentro del barrio, les dijeron que no estaban para esas cosas.
El Barrio Centenario tiene muchos problemas enquistados y que para los vecinos que trabajan dia a dia, se tornan muy difíciles de sobrellevar. Esta mañana, en la 99.9, dio su testimonio Carlos, vecino de la zona que se refirió a un grupo de personas que puntualmente perturban el descanso en un sector del barrio.
“Esto comenzó hace años, pero hace un par de meses está descontrolado. Tenemos un grupo de gente en el barrio que ha llegado y no sabemos desde donde, están acostumbrados a escuchar música a todo volumen sin respetar a los vecinos”, explicó. Luego abundó: “a las 2 de la tarde empiezan a escuchar música y terminan a las 4 de la mañana, con un repertorio terrible. El sábado fue la gota que colmó el vaso, bailaban en el pasillo que está entre los dos edificios con ventanas y puertas abiertas”.
Obviamente fueron primero a reclamar ante la policía ubicada en la zona: “varios vecinos llamaron al 911 a las 12 de la noche, la operadora le dijo que estaban pasando nota pero nunca mandaron un patrullero. Lo peor es que vivimos arriba del destacamento del Centenario. La respuesta de los policías es siempre la misma: “nosotros no estamos para eso”. Sinceramente no sabemos para qué están porque te dicen que tenes que ir a ruidos molestos por este tema”, explicó.
La desidia de los propios efectivos policiales que están ahí para brindarle mayor tranquilidad y seguridad a los vecinos, es realmente llamativa: “ellos tienen un estacionamiento propio de la policía y si te estacionas ahí, tenes la multa inmediatamente. Deben estar para controlar el estacionamiento. La policía no actúa, la municipalidad no hace nada porque en Ruidos Molestos dicen que a las 2 de la madrugada no van a entrar al Centenario”, agregó Carlos.
Los malos momentos se repiten a menudo y parece que nadie puede detener el avance de estos grupos de personas que se manejan sin tener ningún tipo de respeto por sus pares: “yo medí con un amigo los decibeles que tenía en mi habitación y era de 98 decibeles que provenían desde afuera cuando el límite permitido en el aire son 110. No se puede dormir de esa manera”, señaló.
Por último, habló sobre otro flagelo social que los policías ven a diario y no hacen nada: “en frente al destacamento hay un aguantadero donde fuman marihuana todo el día, pasan los policías y nadie hace nada. Es tierra de nadie”, terminó.