Después de su cierre de campaña, Carlos Fernando Arroyo habló en la 99.9 sobre sus aspiración en las internas y la necesidad de un cambio en la política de Mar del Plata y Batán: “han sido muchos años de facilismo donde siempre el perjudicado es el vecino o el contribuyente”, señaló. 
El pre-candidato a intendente por la coalición Cambiemos, Carlos Fernando Arroyo tuvo una intensa campaña, quizás como no había tenido en otras ocasiones y ayer se dio el lujo de cerrarla ante una sala de teatro colmada.
En la 99.9, el concejal indicó que “hemos tenido un cierre de campaña multitudinario, sobre todo por la participación de la juventud donde tengo un capital importante. A los chicos hay que escucharlos un poco, son limpios y transparentes, tienen esa frescura que nosotros ya no tenemos”.
Pero más allá del cierre de esta primera etapa, está confiado en poder disputarle y ganarle la interna a Vilma Baragiola y después ir a buscar la intendencia frente a Gustavo Pulti. El convencimiento se basa en que ha recogido en sus recorridas por los barrios la intención de un cambio de rumbo, aunque sabe que tendrá una difícil tarea por delante si logra su cometido. “No será fácil resolver la enorme cantidad de problemas acumulados. Han sido muchos años de facilismo donde siempre el perjudicado es el vecino o el contribuyente. Por eso vemos la ciudad tan fea, tan sucia y tan insegura. Creo que hay grandes reservas humanas en la ciudad y entre todos podemos sacar la ciudad adelante”, advirtió Arroyo.
El problema estructural es económico y el próximo intendente se encontrará con un déficit enorme: “leí el libro de Cano y realmente tiene razón, el déficit de la ciudad supera los 400 millones de pesos. Lo vengo diciendo desde hace mucho tiempo, es una mala administración, no tiene un orden de prioridades”, puntualizó.
Entre las medidas que tiene pensadas en el inicio de su posible intendencia, Arroyo señaló que “habrá que frenar los nombramientos en la función pública. Desde el primer momento tendré que hacer algunos nombramientos porque quiero que cada escuela tenga una enfermera diplomada para atender a las criaturas y tenemos que resolver la falencia de médicos pediatras. No voy a ahorrar con eso, aunque pierda votos”.
También sabe que en la educación, uno de sus fuertes, se debe poner mucho mayor énfasis y destinar recursos: “el estado de las escuelas es deplorable y tenemos que hacer algo. No puedo concebir que una administración que se quiere caracterizar por la cultura tenga dos bibliotecas como las que me tocó recorrer en un estado terrible”, finalizó.