Para el banquero Enrique Cristofani, CEO del Santander Río, “no hay razones para pensar que no se cumplirán objetivos del gobierno”. El Santander recibió 1.942 solicitudes de crédito hipotecario UVI, de las cuales aprobó el 73%. El monto promedio es de $1,2 millón con plazo máximo de 20 años. En un mes duplicaría la cartera actual.
¿Es optimista sobre el futuro de la marcha de la economía en la Argentina?, se le preguntó ayer en esta ciudad a Enrique Cristofani, el CEO del Santander Río. “Optimista, no”, fue la respuesta que se escuchó con sorpresa. “Muy optimista”, fue la corrección que mereció luego la respuesta y dejó claro cómo el sistema financiero está percibiendo los cambios que han ocurrido y se prometen desde la administración de Mauricio Macri. Y sin temor a resultar exagerado -es poco el tiempo transcurrido por el nuevo Gobierno-, afirma contundente: “Lo que se viene creemos que va a ser realmente buenísimo”. Los conceptos fueron expresados en el mismo sitio -el encuentro anual del Santander para América Latina- donde el banquero hace un año exactamente había sido duro en el diagnóstico: “Si no hay un cambio nos irá igual o peor”, había advertido entonces.
Y no es que la entidad en particular la haya pasado mal en los últimos años -mostró ayer en charla con periodistas argentinos datos sobre el crecimiento que ha experimentado el banco desde el 97, cuando el Santander compró al Río-. Lo que dice y hace es porque el sector siempre espera más. Cree que el futuro depara un sistema financiero en la Argentina más concentrado, como en otros países, y confía en el contexto: “No tenemos razones para pensar que no se cumplirán los objetivos del Gobierno” en asuntos tan cruciales como inflación y déficit fiscal. El nivel de endeudamiento del país también representa “una oportunidad que puede ser bien aprovechada” para sumar financiamiento externo. Hasta allí el análisis macro y luego el entusiasmo por contar la vedette del momento entre los instrumentos financieros del banco dirigidos a la gente: los créditos hipotecarios. El nuevo sistema impulsado por el BCRA con indexación a través del UVI viene demorado por varios motivos: los bancos necesitan adecuar sus sistemas, pero básicamente requieren claridad legal en el marco de una legislación argentina que en su Código Civil no permite registrar una hipoteca indexada, y eso se está discutiendo en el Congreso. Pero, fundamentalmente, la tercera y más lógica razón que explica la demora es la tasa de inflación.
En lo que un economista del banco define como “un mundo inexplorado y difícil de proyectar” -refiriéndose a los nuevos préstamos para la vivienda-, Cristofani mostró datos de cómo el Río empezó a sacar provecho del sistema:
En sólo 16 días hábiles desde que se inició la operatoria, y con datos al 4 de julio, se ingresaron 1.942 solicitudes, de las que se aprobaron 1.357 (73%).
Estas 1.357 solicitudes aprobadas (por scoring) representan créditos hipotecarios por $1.575 millones. El stock de créditos hipotecarios del banco Santander es hoy de $1.900 millones.
De las 1.357 solicitudes, 690 ya están con documentación completa y en proceso de aprobación por riegos y tasación de la propiedad.
El monto promedio de cada préstamo es de $1.200.000.
El plazo máximo es a 20 años, con un monto máximo de $2.500.000, a una tasa aproximada de 4,90% más UVI.
La cuota no puede exceder el 25% del ingreso familiar, que se reduce a cónyuge o pareja, pero con cuenta sueldo en el banco.
Si este ritmo inicial se continúa, estima Cristofani, en el primer mes la entidad otorgaría créditos por aproximadamente $2.000 millones, con lo que duplicaría su cartera actual. Además, proyectando esa cifra en 12 meses, se implicarían unos $24.000 millones, que es el equivalente (sólo tomando a Santander Río) al 40% de la cartera actual de créditos hipotecarios del sistema financiero en su conjunto, alrededor de $58.500 millones.
Sobre la posibilidad de que pueda crearse una burbuja alimentada por la mayor demanda en los hipotecarios y una eventual suba en los precios de las propiedades -ya de por sí elevados-, el banquero admite: “Riesgo existe”. Pero el interés porque los negocios funcionen puede más, y concluye: “Hoy no se discute si el país va a crecer o no el año próximo. Lo que se discute es cuánto crecerá. Y ése es un cambio de escenario importante”.