El integrante de la Defensoría del Pueblo, Cristian Azcona, habló esta mañana con la 99.9. Destacó que no cuentan con el personal suficiente para cumplir la función que ahora les endilgó el intendente Gustavo Pulti, de recibir a los fiscales que se quieran anotar voluntariamente para la consulta popular. “Somos dos defensores y tres empleados, y tenemos que seguir con nuestro trabajo habitual”, comentó. Y agregó que “la gente no sabe mucho; la información no es clara ni siquiera para nosotros”.
La desorganización ya es un patrón común en lo que se refiere al proyecto de crear la policía municipal en Mar del Plata. En medio de tantas desprolijidades, la Defensoría del Pueblo se ha convertido en un actor fundamental de la Junta Electoral; pero obviamente, algunos de sus integrantes no se enteraron de cómo debían actuar.
Cristian Azcona explicó esta mañana en la 99.9 cómo se enteró de la participación del organismo en esta consulta popular: “en la mañana de ayer nos enteramos de que somos parte de la junta electoral. Me enteré vía telefónica de que formábamos parte, y que a Beatriz Arza se la designó Presidenta de la junta. Nos sorprendió a los poquitos empleados de la Defensoría. Actualmente somos dos defensores, con tres empleados. Con ese personal, tendremos que tomar a los fiscales que se quieran anotar voluntariamente. No tenemos el personal para llevar esto adelante”. Luego abundó: “además de esto, tenemos que seguir con nuestro trabajo de Defensores del Pueblo. Tenemos muchísimas dudas incluso nosotros. Ahora somos junta electoral y nunca hemos recibido respuestas. La gente hoy tiene más dudas que certezas, no saben si se les sellará el documento, si la oposición fiscalizará que es un gasto operativo más; no saben mucho”.
Dentro de la propuesta del intendente Pulti, hay un punto que Azcona destacó especialmente: “el primer policía lo vamos a ver en el primer semestre de 2015. Esto el ciudadano lo tiene que saber al votar por el sí o por el no. Hay un grado de improvisación para el que solamente el Intendente municipal tiene respuesta; el resto del Ejecutivo y el Deliberativo no tiene una respuesta concreta”. También se mostró preocupado por lo desorientados que pueden estar los marplatenses ante la falta de información: “para la creación de todo esto debe haber administrativos. Esto me preocupa sobremanera, porque desde la Defensoría no tenemos una información clara y no me quiero imaginar lo que manejará la gente”.
El aumento de tasas, tema que será centro de consulta el 9 de junio, termina de angostar la capacidad contributiva del vecino: “en la Defensoría, todos los días recibimos gente que no puede pagar los impuestos, que viene a pedir la eximición de tasas porque no tiene más dinero. Hoy leía que el Secretario General de la CGT dice que entre 20 y 30 personas a diario pierden su trabajo en Mar del Plata; eso es gravísimo”.
La incorporación de personas que, en teoría, le agregan un toque de importancia a toda esta cuestión (como el especialista llegado de Países Bajos), parece más una broma de mal gusto que un argumento para votar por el sí. “Me invitaron a la presentación del holandés Otto Adang. La conclusión que sacamos los que estuvimos ahí, es que es imposible. El señor decía que cuando a una persona la encuentran in fraganti cometiendo un delito, el policía tiene la obligación de hablarle tomándose 20 minutos o media hora diciéndole que no debe cometer un delito, y que si entiende el mensaje que le está dando lo puede liberar en el momento”, explicó Azcona. Después amplió: “si le explicamos a este señor que el índice de mortalidad en robo que tenemos nosotros supera ampliamente a todo Holanda, es estarle pifiando. No se le está dando información clara a la gente”.
En definitiva, Azcona y los pocos empleados de la Defensoría deberán incrementar sus funciones porque el Intendente así lo dispuso, sin siquiera preguntar si están en condiciones operativas de hacerlo. Por último, el Defensor del Pueblo adjunto comentó: “hace unos años en la Defensoría del Pueblo había 16 personas. Por distintos conflictos y pases, se fue diezmando. Hoy no damos abasto y no tenemos personal. Tampoco podemos hacer horas extras porque la Defensoría no tiene presupuesto propio”.