La jueza federal Zunilda Niremperger trabaja en la frontera con el ingreso de drogas tratando de combatir el narcotráfico y destacó que les faltan elementos para desarrollar el trabajo de forma correcta. “La investigación de los delitos complejos requiere mucho esfuerzo, trabajar en condiciones poco cómodas y los elementos probatorios que se pueden conseguir no siempre son de fácil alcance”, puntualizó.
El problema que tiene Argentina para controlar el narcotráfico es evidente y gran parte de esa problemática está planteada en la frontera donde los controles son efímeros. La jueza federal Zunilda Niremperger tiene a su cargo un juzgado en Roque Sáenz Peña y además subroga en dos más ubicados en Formosa, por eso tiene un panorama muy claro de lo que sucede a su alrededor.
En declaraciones a la 99.9, la jueza destacó que “estoy ubicada en un lugar estratégico en relación a los países productores de cocaína y marihuana”.
A pesar de ello, está sumamente limitada para desarrollar las investigaciones y es un motivo fundamental para no desarrollar la lucha contra el narcotráfico de la mejor manera: “la investigación de los delitos complejos requiere mucho esfuerzo, trabajar en condiciones poco cómodas y los elementos probatorios que se pueden conseguir no siempre son de fácil alcance. Esto sumado a la insuficiencia de personal de seguridad capacitado para las investigaciones y los pocos elementos para investigar organizaciones tan complejas y delitos que significan la extra territorialidad, creo que dificultan que los procedimientos se lleven a cabo de forma impecable”, explicó.
La falta de capacitación es un gran inconveniente porque después termina complicando los operativos. “En muchos casos la fuerza de seguridad en la urgencia no cumplen todos los requisitos procesales que el código determina, eso puede llevar a algunas nulidades. La interpretación de lo actuado debe hacerse con un grado de razonabilidad para sostener el proceso que cuesta tanto llevarlo adelante”, agregó.
Respecto del personal disponible, tampoco tiene muchos y encima no están capacitados para el trabajo: “tenemos un escuadrón de gendarmería de unos 40 hombres, pero no tenemos una división de investigación la cuál solicitamos la semana pasada en Buenos Aires. Las personas uniformadas están capacitadas para hacer otro tipo de procedimiento, pero necesitamos mayor inteligencia e investigaciones donde las personas pasen desapercibidas”.
Esa zona del país tiene contacto con una frontera en particular que genera mucho paso de droga: “el país productor de cocaína es Bolivia y todas las entradas, en general, son por ese país por la ruta de Salta, sino primero a Corrientes y luego a Chaco, toma en otros casos la Ruta 11 o toma caminos secundarios. No debemos olvidar que Paraguay es un país de tránsito de la cocaína de países productores como Perú y Colombia. Tampoco sería raro que ingrese por ahí”.
Mientras siguen trabajando para combatir el narcotráfico careciendo de las herramientas necesarias, también tienen que lidiar con otras cuestiones como la trata de personas: “hemos tenido unos cuantos temas de trata sobre todo en Chaco, hubo un tiempo de 2008 hasta el 2010 donde se sucedieron varios casos, algunos de ellos ya llegaron a juicio y tuvieron condena. Tenemos algunos casos actualmente”, resaltó por último.