Ema Cibotti-Lischinsky, representante de la Asociación Civil Trabajar contra la Inseguridad Vial y la Violencia con Acciones Sustentables (ACTIVAAS), habló esta mañana en la 99.9 sobre el debate por el Nuevo Código Penal, que suma voces y opiniones en Mar del Plata. Destacó que “el garantismo es una moda muy permiciosa que genera una intolerancia para la vida en comunidad”.
Mar del Plata es sede de un debate sobre la reforma del Código Penal en Argentina. El tema está en discusión en muchos sectores de la sociedad, porque los pocos detalles que se han filtrado sobre la tendencia que se pretende adoptar son realmente preocupantes y profundizan el garantismo.
Esta mañana en la 99.9, Ema Cibotti-Lischinsky, de la Asociación Civil Trabajar contra la Inseguridad Vial y la Violencia con Acciones Sustentables (ACTIVAAS), señaló que “uno de los Familiares de Víctimas del Tránsito, que además es la presidenta de la Asociación Nacional de Víctimas, estará en Mar del Plata mañana tratando de marcar presencia para que se escuche nuestra voz, algo que no se hizo durante la redacción del proyecto”.
En su momento, trataron de tener una participación activa en el planteo de la nueva normativa; pero como suele suceder, nadie quiso escucharlos: “hicimos llegar nuestras impresiones y opiniones orgánicamente. No fuimos escuchados nosotros y tampoco los abogados y funcionarios de la Agencia Nacional de Seguridad Vial. Hay un paradigma que interviene y tiene que ver con una idea que supone que las penas son nefastas. Si se aplica al homicidio culposo, suponen que ha sido involuntario, azaroso, infrecuente, es un accidente y que, por lo tanto, no merece ser castigado quien lo causó”.
Uno de los problemas que plantean también tiene que ver con que se sigue beneficiando a quienes cometen los delitos, en vez de endurecer sus penas: “está todo pensado para disminuir la pena de quien ha causado el hecho. No solo no se piensa en la víctima, sino que se piensa en los victimarios y en cómo hacer para que ellos no tengan que sufrir lo que llaman ‘el castigo del sistemas judicial’”.
En el caso particular de los accidentes viales, las condiciones en las cuales suceden pueden llegar a ser muy graves, y eso no se puede minimizar: “hay algunos casos donde puede haber un accidente, pero estamos hablando de casos donde los conductores iban a altísima velocidad, alcoholizados o drogados, pasando semáforos en rojo sin importarle la vida de ninguno. Nos endulzaron diciendo que aumentaban la pena máxima, pero ya aprendimos que lo que miran los jueces es la pena mínima”.
La reforma parece tener un solo destino. Por eso, Cibotti-Lischinsky destacó que “una sociedad sin límites, es una locura. El garantismo es una moda muy permiciosa que genera una intolerancia para la vida en comunidad”.
Además, confirmó que no cesarán en su lucha por ser escuchados: “nosotros reivindicamos el no olvido de la víctima. No vamos a tolerar que la sociedad argentina funde su nuevo Código Penal olvidando a la víctima, porque estaríamos echando raíces sobre la barbarie”.