Los sindicatos franceses organizan este jueves su novena jornada de movilizaciones en poco más de dos meses contra la reforma de las pensiones y la primera tras su polémica adopción por decreto defendida por el presidente Emmanuel Macron.
Los servicios de información de la policía prevén una fuerte participación en las más de 300 manifestaciones convocadas por todo el país, entre 600.000 y 800.000 personas, y también la presencia de grupos radicales y chalecos amarillos, en particular en París, por lo que se van a desplegar 12.000 agentes por todo el país, de los cuales 5.000 en la capital.
Altercados y enfrentamientos con las fuerzas del orden
La pasada noche volvieron a repetirse las marchas espontáneas de protesta en diferentes ciudades, que en algunas degeneraron en altercados y enfrentamientos con las fuerzas del orden.
Las manifestaciones tendrán lugar en un día de sustancial extensión de las huelgas que se vienen desarrollando de forma más o menos ininterrumpida en los transportes públicos, en las refinerías, en la energía, en la recogida de basuras o en la educación.
El paro de los controladores aéreos ha obligado a la cancelación anticipada del 30 % de los vuelos en el aeropuerto parisino de Orly y el 20 % en los de Marsella, Toulouse y Lyon.
Hoy sólo circulan la mitad de los trenes de alta velocidad (TGV), ninguno del resto de los de largo recorrido, un tercio de los regionales. Y en los cercanías de París, según las líneas se han anulado entre el 50 % y el 80 %.
A eso se añade una situación muy perturbada en el metro de París, ya que solo funcionan normalmente las dos líneas automáticas (la 1 y la 14), mientras en el resto los horarios del servicio son reducidos y con muchos menos trenes de los habituales.
Refinerías paralizadas o con piquetes
Las refinerías están, bien paralizadas, bien con piquetes de huelguistas a la entrada para impedir la salida de carburante y, aunque el Gobierno ha impuesto la vuelta al trabajo de algunos empleados en depósitos estratégicos, el porcentaje de gasolineras que se han quedado sin algún producto no deja de crecer.
El bloqueo de los depósitos de Gonfreville, en Normandía, que abastecen a los aeropuertos de París, amenaza con extender la escasez al tráfico aéreo.
La intervención de Macron el miércoles, defendiendo su reforma de las pensiones y asumiendo el precio político este miércoles parece haber calentado más los ánimos, al menos de los que siguen dispuestos a continuar la contestación.
En la capital sigue habiendo miles de toneladas de basura amontonada en las calles de algunos distritos por una huelga de la recogida que se prolonga desde hace más de dos semanas.
El carburante, una de las claves del pulso contra Macron por las pensiones
El aprovisionamiento en carburante, con las huelgas en las refinerías y los piquetes que impiden la salida de camiones de algunos depósitos estratégicos, se está convirtiendo en una de las claves del pulso de las protestas en Francia contra la reforma de las pensiones del presidente, Emmanuel Macron.
El Ministerio de la Transición Energética anunció este jueves que “ante las tensiones de aprovisionamiento en ciertos departamentos” ha decidido prolongar 48 horas más la obligación de la vuelta al trabajo de algunos empleados de los depósitos del puerto de Fos-sur-Mer, cerca de Marsella.
Esa obligación afecta a tres trabajadores por cada turno. La ministra, Agnès Pannier-Runacher, afirmó que “el Gobierno sigue la situación hora a hora y departamento por departamento”, e insistió en que la intervención es “selectiva para desbloquear los depósitos que están bloqueados por manifestantes”.
Es una respuesta al aumento progresivo de las gasolineras que se están quedando sin carburante. Este miércoles, en un 17,9 % de las que hay en Francia carecía de gasolina o de gasóleo, y eso incluía un 8,8 % en las que no había ninguno de esos dos productos. El lunes eran un 14 % y un 5 %, respectivamente.
La situación es muy desigual de unas regiones a otras. En el departamento de Bouches du Rhone, con capital en Marsella, que se abastece de Fos-sur-Mer, un 65,5 % carecía el miércoles de alguno de los dos carburantes.
Estos problemas corren el riesgo de contagiar la actividad aérea con los piquetes que este jueves por la mañana seguían bloqueando las instalaciones petroleras de Gonfreville, en Normandía, de donde sale el queroseno para los aeropuertos de París.
El departamento de la Transición Energética indicó que ha formalizado un decreto para obligar también allí la vuelta al trabajo, pero por ahora no ha decidido notificarlo a los empleados que se verían afectados, aunque aseguró que asumirán sus responsabilidades cuando no se pueda evitar.
Un responsable de la Confederación General del Trabajo (CGT) de Gonfreville explicó al canal BFMTV que para evitar que esa notificación se lleve a cabo, desde anoche habían decidido impedir entradas y salidas para que no se produjeran los cambios de turno.