Expertos mundiales explicaron a La Nación los grandes avances médicos contra una enfermedad silenciosa que afecta a 600.000 argentinos y genera desde cirrosis hasta cáncer de hígado.
Hablar de cura de enfermedades siempre resulta por demás sensible y requiere muchísima precaución.
Pero esa palabra “mágica” fue el común denominador de muchos médicos hepatólogos durante el último Congreso Internacional de Enfermedades del Hígado (EASL 2014), que tuvo lugar en Londres este mes, al exponer los resultados de los tratamientos que van a aprobarse este año en el mundo contra la Hepatitis C .
“La única enfermedad viral crónica que hoy tiene cura en la medicina es el virus de la Hepatitis C“, afirmó a La Nación el Dr. Fernando Bessone, médico hepatólogo y profesor adjunto de Gatroenterología de la Facultad de Medicina de Rosario, que participó del encuentro anual en Londres.
“Uno no deja de impactarse con el resultado de las nuevas drogas que se han anunciado recientemente. Los hepatólogos nos hemos venido acostumbrando a respuestas exitosas a tratamientos del 50%, luego del 75% adoptando el triple esquema y ahora tenemos medicamentos del 95% y hasta el 100%“, sostuvo con entusiasmo el especialista.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, esta enfermedad infecciosa que afecta principalmente al hígado y es causada por el virus de la Hepatitis C (VHC), la padecen más de 160 millones de personas en todo el mundo (cinco veces más que el HIV), con casi tres millones de nuevos de contagios cada año.
El virus descubierto en 1989 y que recién en 1992 se pudo detectar masivamente mediante análisis de sangre específicos, afecta aproximadamente a 600.000 argentinos (el 1,5% de la población). De esa cifra, unas 240.000 personas padecerían cuadros avanzados de una enfermedad que tarda entre 20 y 30 años en manifestarse en el hígado. Por eso los expertos estiman que esta afección podría “explotar” en los próximos años y que el número de enfermos se duplicaría para el final de esta década.
“Se trata de una infección por lo general asintomática, con una dinámica viral especial, ya que cuando uno se infecta con Hepatitis C, no te das cuenta que lo portás, porque se manifiesta a veces como una gripe o una infección cualquiera que luego pasa. No es como la Hepatitis A o B que te ponen amarillo (ictericia) y que hacés pis oscuro, con fiebre alta“, agregó Bessone.
Mientras que hoy existen vacunas para la Hepatitis A y B, que son gratuitas y forman parte del Calendario Nacional de Vacunación, no existe una vacuna contra la Hepatitis C debido a la complejidad del virus, que en el peor de los casos llega a convertirse en una infección hepática crónica con consecuencias directas de cirrosis en un 30% de los casos y cáncer de hígado (5% de probabilidad cada año).
“El virus de la hepatitis C es muy particular dentro de las llamadas enfermedades del hígado, además de ser el primer causante de trasplante hepático: entre el 20 % de quienes lo contraen lo eliminan naturalmente. En el restante 80% el virus se cronifica a lo largo de 20 o 30 años, pasando de una fibrosis hasta cirrosis o cáncer de hígado. También, en muchos casos la enfermedad es leve y no progresiva. Pero nunca se sabe de qué manera afectará a cada uno en particular, por ello es sumamente importante un examen de detección y también la aparición de medicamentos nuevos sin efectos adversos, para que los afectados se sumen al tratamiento y no arriesguen su vida“, enfatizó el experto.
Transmisión y alcance
Graham Foster, hepatólogo de la Universidad Queen Mary de Londres , habló con La Nación y explicó que esta es una enfermedad que se transmite por sangre mediante una transfusión, un accidente, un rasguño, una herida, pidiendo el cepillo de dientes o la afeitadora equivocada, o simplemente yendo al dentista.
“Se trata de una enfermedad silenciosa, traicionera y con un proceso de deterioro lento en el hígado pero continuo. En occidente la Hepatitis C se multiplicó junto al crecimiento de la drogadicción a partir de los ’60 y ’70 mediante el uso compartido de jeringas. También en transfusiones de sangre y falta de esterilización adecuada de los dentistas durante décadas pasadas“, agregó el Foster, presidente de la Asociación Británica para el Estudio del Hígado.
Este virus fue creciendo y diversificándose durante muchos siglos hasta que se lo pudo detectar por primera vez en 1989. Esa diversificación se la llama genotipos. El virus de la Hepatitis C tiene seis genotipos detectados, en el que el genotipo 1 es el más preponderante en la Argentina y el continente americano.
“Si bien hay varios genotipos y subtipos de virus, las drogas nuevas pueden atacar a cada uno de ellos. Es una época muy interesante como médico para lidiar con pacientes con Hepatitis C“, apuntó el especialista británico.
El experto señaló que es imprescindible realizarse exámenes de sangre específicos para detectarlo a tiempo: “me molesta que los exámenes de sangre sirvan solo para detectar colesterol o glucosa en sangre. Muchos pacientes me decían que no podían tener Hepatitis C porque se habían hecho un examen de sangre recientemente y estaba todo normal. La respuesta es incorrecta. Uno debe buscar específicamente este virus para encontrarlo“.
En coincidencia con Foster, el doctor Bessone explicó que el test de chequeo para Hepatitis C en la población es muy barato (no llega a los 100 pesos) y se puede pedir de rutina en cualquier consultorio. “Un médico tiene la obligación de hacer un análisis de enfermedades sistémicas y metabólicas. Uno con un hemograma, una glicemia, una uremia, una transaminasas, colesterol, triglicéridos, ácido úrico, virus y anticuerpos de hepatitis B y C, estás descartando una gran cantidad de enfermedades“, precisó Bessone.
“Si bien hay varios genotipos y subtipos de virus, las drogas nuevas pueden atacar a cada uno de ellos. Es una época muy interesante como médico para lidiar con pacientes con Hepatitis C“, concluyó.
Drogas contra la Hepatitis C
Según datos de la OMS, casi el 70% de los enfermos tiene el genotipo 1, que es el más difícil de tratar y que en el mejor de los casos alcanza un 50% de curación. Y se cura más el genotipo 1B que el 1A, con varios efectos adversos como la anemia, neutropenia, depresión, síntomas neurológicos serios, síntomas gripales.
“Hace poco llegó una nueva generación de drogas que agregó el telaprevir y el boceprevir, para aplicar una triple terapia sobre la base de interferón y ribavirina que elevó la tasa de curación del 40 al 70%, pero con una toxicidad importante y grandes efectos colaterales, como fiebre, anemia, pérdida de peso, hipotiroidismo, trastornos neuropsiquiátricos (cambios de carácter y alta depresión)“, precisó Bessone.
Finalmente, este año se presentarán nuevos fármacos ante la autoridad médica regulatoria de EE.UU. (FDA), que inhiben enzimas que el virus utiliza para replicarse (igual que las drogas contra el VIH), son orales (pastillas) y pueden combinarse para evitar la resistencia.
Algunos de ellos, como el ABT-450/ritonavir, ombitasvir y dasabuvir, fueron exitosamente probados y sus estudios de Fase III Sapphire-I y II realizados en pacientes con Hepatitis C crónica, fueron presentados en la edición 2014 del Congreso Internacional del Hígado. Inclusive, se difundió el estudio Turquoise II en pacientes adultos con infección crónica por virus de la Hepatitis C con genotipo 1.
Todos ellos, también publicados en la prestigiosa revista médica The New England Journal of Medicine , comprobaron tasas de curación del 95 hasta el 100% de los casos tratados.
Una alianza mundial
Charles Gore, ex paciente de Hepatitis C y presidente de la Alianza Mundial contra la Hepatitis, trabaja desde hace años para concientizar a la gente de la importancia de luchar y prevenir el virus de la Hepatitis C.
Gore explicó a La Nación que a nivel mundial el virus de la Hepatitis ha sido tratado hasta ahora con una inexplicable negligencia.
“Para mí es difícil de entender que un virus que mata la misma cantidad de personas que el HIV al año y más que en personas que padecen tuberculosis y malaria juntas, no ha sido priorizado porque ha sido dejado de lado de las metas mundiales de desarrollo en el milenio“, explicó Gore, que alienta a que cada vez más la gente se comprometa frente a las enfermedades hepáticas y por ello promueve en cada oportunidad que puede el Día Mundial de la Hepatitis, que es cada 28 de julio.