Nuevas formas de tratar la migraña

A pesar de ser la séptima causa de períodos de incapacidad en todo el mundo, la migraña “recibe relativamente poca atención como problema importante de salud pública”, escribió hace poco Andrew Charles, un neurólogo de California, en la publicación The New England Journal of Medicine.

Puede comenzar en la infancia, para volverse más común en la adolescencia y alcanzar sus niveles más altos entre los 35 y los 39 años. Aflige a dos o tres veces más mujeres que hombres en Estados Unidos, y una de cada 25 mujeres tiene migrañas más de 15 días al mes.
Sin embargo, aunque hace mucho que se pone el foco en el dolor de cabeza, investigaciones recientes indican que las migrañas son un trastorno de todo el cuerpo, “un estado anormal del sistema nervioso que involucra múltiples partes del cerebro”, dijo Charles, del Programa Goldberg para Migrañas de la Universidad de California, en Los Ángeles. Dijo que tiene la esperanza de que el artículo eduque a médicos practicantes, quienes aprenden poco sobre las migrañas en la escuela de medicina.
Antes de que fuera posible estudiar la función cerebral a través de una imagen por resonancia magnética o tomografía por emisión de positrones, se pensaba que las migrañas eran causadas por vasos sanguíneos inflamados y palpitantes en el cráneo, que por lo general —aunque no siempre— afectaban un lado de la cabeza. Los síntomas clásicos de la migraña motivaron el uso de medicamentos que contraen los vasos sanguíneos, fármacos que ayudan sólo a algunos pacientes y pueden ser peligrosos para la gente con males cardíacos.
Los neurólogos que se especializan en la investigación y tratamiento la abordan ahora a la migraña como un trastorno con base en el cerebro, con síntomas y señales que pueden comenzar un día o más antes del inicio de la jaqueca y que persisten después de que disminuye el dolor.
En base a lo que se ha llegado a comprender recientemente, hoy hay tratamientos potentes y menos perjudiciales disponibles o a la espera de ser aprobados. Para ser más eficaces, las nuevas terapias podrían requerir que los pacientes respondan a las señales de advertencia de una migraña en su así llamada fase prodrómica —cuando síntomas como bostezos, irritabilidad, fatiga, antojos y sensibilidad a la luz y al sonido ocurren uno o dos días antes del dolor de cabeza.
Incluso con los remedios actuales, la gente normalmente espera hasta que tiene una jaqueca totalmente desarrollada para iniciar el tratamiento, lo que limita su eficacia, dijo Charles. “Es posible que muchas terapias puedan ser eficaces, incluyendo respiración meditativa y técnicas de relajación, que no ayudan una vez que el proceso se ha iniciado”, dijo.
Posibles tratamientos incluyen medicamentos para la presión sanguínea, como beta bloqueadores; agentes anticonvulsivos, como topiramato (Topamax); y antidepresivos tricíclicos, como imipramina (Tofranil). Además, la toxina botulínica, o Botox, está aprobada en EE.UU. como preventivo para la migraña.
También hay nuevos remedios basados en el cerebro que tienen pocos efectos secundarios, o ninguno. Estos incluyen dispositivos móviles o de diadema, como la estimulación magnética transcraneal (EMT) de un solo pulso y la Cefaly t-SNS (siglas en inglés de neuroestimulación supraorbital transcutánea), que transmiten energía magnética o eléctrica a nervios en el cerebro a través del cráneo.
Y en EE.UU. está a punto de aprobarse una nueva clase de medicamentos que se enfocan directamente en los péptidos que se cree que desencadenan los ataques de migraña. Incluyen anticuerpos monoclonales administrados por inyección o vía intravenosa, y los que se conocen como antagonistas de receptores del péptido relacionado con el gen de la calcitonina (CGRPs), tomados por vía oral.