Al menos dos personas murieron y alrededor de sesenta resultaron heridas durante una protesta el sábado contra el presidente Manuel Merino en medio de un creciente rechazo popular contra el gobierno de transición, que defendió el cambio “constitucional” y la destitución de Martín Vizcarra, en un polémico juicio relámpago.
Miles de indignados, en su mayoría jóvenes menores de 25 años, se lanzaron a las calles en varias ciudades para pedir la renuncia del mandatario, en rechazo a lo que consideran un golpe parlamentario. De esta manera, Perú vivió otra jornada de protestas con marchas y cacerolazos en rechazo al gobierno de Merino y la noche terminó con un fuerte enfrentamiento cuando la Policía avanzó contra los manifestantes.
La actuación de la fuerza fue severamente cuestionada por la ONU y organizaciones de derechos humanos, como Amnistía Internacional, desde que el martes empezaran las protestas. Según medios locales, ante este escenario, varios ministros de Merino ya anunciaron su renuncia, entre ellos el de Salud, Abel Salinas.
Además, el jefe del Congreso peruano, Luis Valdez, se sumó al reclamo. “Le pido al señor Merino que evalúe su inmediata renuncia”, dijo en declaraciones al canal N de televisión. Además, se refirió a la junta directiva que fue convocada para este domingo para discutir la sucesión de Merino y lanzó: “Hay que tomar una decisión mayor”.
Este sábado, la mayor marcha atrajo en Lima a miles de personas que convergieron desde distintos puntos de la capital en la plaza San Martín, epicentro de protestas en la zona histórica de la ciudad.
La Policía recurrió otra vez a gases lacrimógenos y gases pimienta lanzados desde helicópteros para dispersar a manifestantes que amenazaban con marchar hacia la sede del Congreso. La Defensoría denunció, también, el uso indiscriminado de perdigones de goma.
Los jóvenes llevaban carteles con lemas como “Merino, no eres mi presidente”, “Merino impostor”, “Perú despertó”, y avanzaron por las calles al ritmo de batucadas y cánticos.
El alcalde de Lima, Jorge Muñoz, del partido Acción Popular (centroderecha), el mismo de Merino, también exigió su renuncia. En tanto, las autoridades municipales de esa ciudad apagaron el alumbrado público de la plaza San Martín cuando el recinto se colmaba. La señal de internet también se apagó para evitar comunicaciones.
Simultáneamente un grupo de manifestantes se acercó a los alrededores de la vivienda de Merino, al este de Lima, con cacerolas y tambores. Mientras tanto, tanquetas militares circularon por las inmediaciones de un centro comercial de San Miguel.
El Presidente de la asamblea epicospal instó al gobierno a dialogar y respetar el derecho de protesta de la población. “Es esencial escuchar y atender los gritos y el clamor de la población para recuperar la confianza, la tranquilidad y la paz social”, dijo el prelado Miguel Cabrejos, arzobispo de Trujillo en un comunicado.
El primer ministro, Antero Flores Aráoz, un político conservador de viejo cuño de 78 años, descartó que el presidente vaya a dar un paso al costado por las protestas. “No ha considerado dar un paso al costado porque millones de peruanos lo respaldan, lamentablemente están en sus casas. No los invitaría a salir”, dijo el alto funcionario.
Merino debe completar el actual mandato, que expira el 28 de julio de 2021 luego de las elecciones del 11 de abril.
Desde el martes, miles de personas salieron a las calles de Lima y otras ciudades en defensa de Vizcarra, un político sin partido ni bancada en el Congreso pero muy popular, y para protestar contra el gobierno de Merino, cuya legalidad y legitimidad cuestionan.
El Congreso destituyó a Vizcarra el lunes bajo la acusación de “incapacidad moral” a raíz de una investigación fiscal por dos presuntas coimas de 600.000 dólares cuando era gobernador de la región de Moquegua en 2014. El exmandatario lo niega.