Los convocantes exigen que la llamada “ley de seguridad” sea retirada por completo. Emmanuel Macron se comprometió a reformular los textos más polémicos de la propuesta.
Nuevamente miles de personas salieron a las calles en distintas ciudades de Francia para protestar, este sábado, contra la polémica ley de seguridad impulsada por el gobierno del presidente Emmanuel Macron. Si bien el Ejecutivo se comprometió a reformar los aspectos más cuestionados de la iniciativa legal, los manifestantes se congregaron en casi un centenar de urbes y localidades. En París se registraron los enfrentamientos más violentos.
La marcha coincidió con otras convocatorias contra la precariedad laboral, lo que hizo aumentar las medidas de seguridad y el despliegue de policías. El desfile principal comenzó en el norte de la capital, y pronto derivó en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, especialmente de grupos radicales que iban al frente de la columna de manifestantes. Esta jornada varios coches fueron incendiados y vitrinas de locales comerciales fueron destruidas.
Los agentes fueron atacados con proyectiles, lo que generó la respuesta de los uniformados, que dispararon gases lacrimógenos. “Todo el mundo odia a la policía”, “anti, anti, anticapitalistas”, corearon algunos participantes. También se quemaron barricadas. Según el ministro del Interior, Gérard Darmanin, al menos 22 personas fueron detenidas, según un mensaje colgado en Twitter.
No confían en Macron
Los convocantes consideran que no es suficiente el anuncio del Gobierno de retirar el artículo 24 de su ley, que controlaba la grabación y difusión de imágenes de las fuerzas del orden, lo que fue considerado como un ataque a la libertad de prensa y de expresión. Los manifestantes exigen ahora que se retire totalmente la ley, que ya comienza su trámite parlamentario.
El Ejecutivo anunció el pasado miércoles que ese artículo será totalmente revisado y el presidente Macron aseguró este viernes que en su nueva formulación no estará prohibido grabar y difundir imágenes de policías y gendarmes. El presidente reconoció también algunas actuaciones violentas de la policía que consideró “inadmisibles” y que, dijo, serán sancionadas, pero señaló que en su mayor parte las fuerzas del orden francesas actúan con mesura y dentro de las reglas deontológicas.