En un congreso se presentaron medicamentos de avanzada. El problema, es la falta de diagnóstico.
“Hoy en día existen herramientas para poder curar a nueve de cada diez pacientes diagnosticados con hepatitis C. El problema se presenta en llegar al diagnóstico, porque en nuestro país solamente el 10 por ciento de quienes tienen el virus lo saben”, señalan médicos argentinos que por estos días participan del Congreso de la Asociación Americana para el Estudio del Hígado, en la ciudad estadounidense de Boston.
Y justamente entre las novedades que en este congreso presentará la industria biofarmacéutica, se cuenta con medicamentos que pueden curar a 9 de cada 10 pacientes cuando están diagnosticados, “lo que hace mucho más necesario poder diagnosticar una enfermedad asintomática que puede causar daños muy importantes”, destacó el hepatólogo Adrián Gadano, miembro de la Sociedad Argentina del Hígado.
“Los nuevos fármacos -explicó- se desarrollaron muy rápidamente, los estudios clínicos se hicieron muy rápido y la respuesta en cuanto a curación y tolerancia fueron excelentes. Esta será la principal novedad del congreso sobre una enfermedad viral que en Argentina está sub diagnosticada y que afecta a unas 400.000 personas”. “Estos avances -señaló Gadano- se iniciaron hace unos cinco años, cuando comenzó a descubrirse, por ejemplo, la manera en que el virus se multiplicaba y su paso por determinados lugares de la célula, lo que permitió desarrollar medicamentos de distintas compañías que le pegan al virus en distintos lugares”. “Antes de esto -añadió- todo era muy lento. Se trataba con Interferón solo y prácticamente no había nada de cura, solo uno de cada 10 pacientes. La evolución fue favorable pero muy lenta durante unos 15 años. De curar al 10 por ciento se aumentó al 20 y luego a la mitad, mientras otro grupo entraba a lista de espera para trasplantarse. Hasta el año 90 a la hepatitis C se le llamaba ‘no A’, ‘no B’, por la negativa de los otros dos tipos, uno que cursa y cura solo y otro para el que ya existe vacuna”.
“La Hepatitis C fue y es la principal causa de trasplante hepático, y en aquellos años veíamos morir pacientes en lista de espera, en el post trasplante por reinfección por el mismo virus, o por desarrollar hepatocarcinoma (cáncer) fuertemente condicionado por el virus. Ahora la cura es muy alta, por lo que lo más importante es diagnosticar”.
EL CONGRESO
Para los médicos argentinos, la asistencia a este congreso internacional representa cada año “un hito muy importante para los hepatólogos, porque se presentan las novedades más importantes y es destino anual obligado, ya que si bien avanzamos mucho en los últimos años, nos queda camino por atravesar”. “A este congreso -añadieron- se llega con la expectativa de ver si se confirman algunas cosas que se vienen viendo en los últimos años para incorporarlas a la práctica clínica, porque lo que más interesa es poder tratar y curar a la mayor cantidad de pacientes posibles”.
En cuanto a las recomendaciones para la población adulta, los integrantes de la delegación argentina señalaron que “una vez en la vida se hagan el test de la Hepatitis C, porque cualquiera que tiene un procedimiento invasivo como endoscopías, cateterismos, estudios ginecológicos, urológicos u odontológicos con material que pueda haber tocado sangre de un paciente infectado, no está exento de haber adquirido la enfermedad”. “El objetivo es que todos lleguen al test un vez en la vida -señalaron- porque como la enfermedad es asintomática y daña, me hago el test: si soy negativo, me quedo tranquilo, si soy positivo, tengo la oportunidad de tratarme tempranamente antes de llegar a una cirrosis, porque hay tratamientos que me van a curar hoy”.
Para el también hepatólogo Marcelo Silva, en tanto, el objetivo de fondo del Congreso, que delibera en la ciudad estadounidense de Boston y del que participa junto a otros hepatólogos argentinos “es cómo encarar la hepatitis C y acelerar el proceso para achicar la brecha que hay entre un país central y uno latinoamericano”.
Para Silva, “es una obligación acelerar teniendo las herramientas, y si no lo hacemos, hay mucha gente que muere y uno podría evitarlo, ya que la industria ha tenido la virtud de desarrollar tecnología con capacidad de prevenir esta enfermedad con vacunas -para la A y la B- o de curarla. Pero hasta que no apliquemos esas herramientas en la base de la población, eso cuesta vidas, por eso hace falta encarar este tema con vehemencia.
Cuando la industria farmacéutica en general ha llegado a desarrollar tratamientos, como sociedad está el desafío de cómo hacemos para que esa tecnología llegue a la gente, con el objetivo de la erradicación de la enfermedad, que es posible aunque va a llevar tiempo. Salvar millones de vidas a nivel global con prevención, diagnóstico y tratamiento requiere un plan sanitario estratégico para erradicar esta infección viral que es la principal causa de trasplante de hígado”.
Cifras
En nuestro país se estima que son 400.000 los portadores del virus de Hepatitis C, de los cuales menos del 10 por ciento sabe que tiene la enfermedad, y menos del uno por ciento recibió alguna vez algún tratamiento.