Durante la tercera jornada del juicio declaró Alejandro Muñoz, jefe de seguridad del boliche Le Brique y a lo largo de la jornada hablará el resto del cuerpo de seguridad.
El jefe de seguridad del boliche Le Brique, Alejandro Muñoz declaró este miércoles en la tercera jornada del juicio por el asesinato de Fernando Báez Sosa y sostuvo que en sus 20 años de profesión no vio “nada igual, era saña”.
“Hace veinte que trabajo de esto y nunca vi nada igual, todo patadas”, expresó Muñoz en su declaración durante la cual no pudo contener el llanto y aseguró que después de lo vivido pasó “cuatro días sin dormir”.
Además, relató que a pesar de su porte -2,03 metros- le costó sacar a Máximo Thomsen del boliche luego del cruce que él y su grupo tuvieron adentro del lugar con Fernando Báez Sosa.
Tuvo que sacarlo junto con otro compañero por una puerta lateral, “la de la cocina”, y dio aviso a la Policía en la puerta por el estado violento en el que estaba el joven deportista.
Muñoz relató que al instante lo llamaron y salió a la puerta, y ahí vio “cómo se turnaban” los rugbiers para pegarle sobre todo “patadas”. Incluso relató que después que le dieron la primera, “Fernando no se levantó más”.
Ventura marcó el lado violento de los acusados
“No me sorprendió nada lo que hicieron porque ya tuvieron peleas en Zárate”, dijo Pablo Ventura sobre los ocho acusados, al ingresar a los tribunales de Dolores para declarar como testigo en la tercera audiencia del juicio por el crimen de Báez Sosa.
Acompañado de su padre, José María, el joven afirmó en declaraciones a la prensa que “los conocía de vista, es una ciudad chica Zárate, hay un solo boliche y nos cruzábamos ahí”, al referirse a los imputados.
Por último, el joven sostuvo que hasta el día de hoy desconoce cuál de los ocho rugbiers lo mencionó como integrante del grupo en los momentos posteriores al crimen y cuando él estaba en Zárate cenando con su familia en un restaurante.
“Al día de hoy no sé quién fue, nadie me lo dijo. Es más, hasta el día de hoy no sé por qué me acusaron”, expresó y agradeció el apoyo de la sociedad que le permitió exponer pruebas para demostrar “que no tenía nada que ver con ese aberrante asesinato”.