El octavo jefe de Estado más rico del mundo, según «Forbes», pulveriza el récord de patrocinio de la fiesta brasileña al destinar el dinero a una escuela de samba.
La penúltima excentricidad de Teodoro Obiang, uno de los dictadores más crueles del mundo, es gastarse tres millones de euros en el carnaval de Río de Janeiro. Tal es su marca en la escuela de samba Beija-Flor. Y, de paso, pulveriza el récord de patrocinio en la historia de la fiesta.
Las reacciones no se han hecho esperar en Brasil. ¿Cómo es posible que una «institución» tan libertaria y desenfrenada se asocie con un gobernante corrupto que atiza con mano de hierro un país tan pobre como Guinea Ecuatorial?
Así son los designios del dinero, y la escuela de samba recibe la desorbitada cantidad como un maná caído del cielo, que por algo es Obiang el octavo jefe de Estado más rico del mundo, según acredita la revista «Forbes».
La miseria invade el enclave africano mientras su fortuna no deja de crecer, pues controla la producción de petróleo desde hace 35 años, el periodo de tiempo que dura su interminable mandato. Son las contradicciones de un país donde su familia se asienta con todos sus tentáculos.
Resulta que las escapadas al carnaval le facilitan a semejante déspota descargar tensiones. Siempre con el increíble eufemismo de «facilitar el entendimiento de los pueblos a través de la música», surrealista en boca del despiadado personaje. De hecho, su lema es: «Caminemos sobre la banda sonora de nuestra felicidad».
El tercer productor mundial de petróleo
No se puede olvidar que Guinea Ecuatorial (miembro de pleno derecho de la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa) es el tercer mayor productor de petróleo de África. Sólo con eso sería suficiente para que dejara de ser una de las naciones más subdesarrolladas del continente, pero la dinastía Obiang se encarga de que esos fondos se queden en su ámbito privado.
A pesar de todo, él ya ha advertido que no se dejará ver de juerga en el carnaval más famoso del mundo. Se encierra en una especie de «observatorio» secreto ya que su estrategia pasa por no comprometer su seguridad, una de sus grandes obsesiones.
El temor que infunda en los ciudadanos de Guinea Ecuatorial deriva de que Teodoro Obiang asegura descender de caníbales y estar en contacto directo con Dios. Se arroga igualmente la capacidad para decidir quién debe morir, sin que por ello vaya a dar con sus huesos en el infierno.