Un empleado de aduana que fue condenado dijo que el ex recaudador le solicitó las imágenes.
El juez federal de Lomas de Zamora Juan Pablo Augé ordenó investigar al ex titular de la AFIP Ricardo Echegaray a raíz de la filtración de las imágenes de las cámara se seguridad del Aeropuerto de Ezeiza del arribo del entonces fiscal Alberto Nisman, días antes de aparecer sin vida en su departamento.
Lo hizo al condenar al empleado aduanero Gonzalo Horacio Tzareff a un año de prisión en suspenso e inhabilitación para ejercer cargos públicos por dos años, luego que éste reconociera que tomó las imágenes por órdenes de Echegaray y se las llevó tres días después del hallazgo de Nisman sin vida en su departamento.
Tzareff fue condenado por violación de secretos y de la privacidad en concurso ideal agravado por tratarse de un funcionario público: concretamente con su celular filmó de un dispositivo los movimientos de Nisman cuando llegó al Aeropuerto proveniente de unas vacaciones por Europa con sus hijas el 12 de enero de 2015.
La llegada de Nisman fue dos días antes de entablar la denuncia contra Cristina Kirchner por el encubrimiento del atentado a la AMIA.
En el juicio, Tzareff detalló que el día 20 lo llamó la subdirectora general de operaciones aduaneras impositivas y le pidió tener los movimientos migratorios de Diego Lagomarsino, hoy imputado por el homicidio de Nisman, y de su pareja.
Al día siguiente, el 21, recordó que le envió un mail la misma persona solicitándole movimientos migratorios de dos personas identificadas por número de CUIT, quienes resultaban ser Alberto Nisman y su exmujer, la jueza Sandra Arroyo Salgado.
Tzareff recordó que vio las imágenes del arribo de Nisman: “Hizo el trayecto migraciones, va a recoger sus valijas a la cinta, y ahí ve que se contacta con una tercera persona, que va a su encuentro, que se identifica como empleado de la secretaría de inteligencia y a veces de presidencia de la nación, y que luego lo esperaban dos personas”.
En su declaración dijo que lo que vio no pareció “indiferente” puesto que Nisman había muerto y llamó al subdirector general Daniel Santanna.
En su relato contó que Santanna lo llamó luego diciéndole que el tema “era grave”. Recordó que Echegaray lo contactó por teléfono y le pidió las imágenes, y por eso las llevó a Azorpado 350, cede de AFIP, a las 23 horas del día 21 de enero de 2015, donde se encontró con el entonces titular del ente recaudador, su segundo y otros funcionarios incluido legales del organismo.
Le solicitaron que descargue las filmaciones en la computadora, efectivizó el pedido, explicó qué hacía allí, le agradecieron y le pidieron reserva. Al día siguiente se enteró por medios periodísticos de las imágenes, declaró.
En el juicio, Santana aseguró que Echegaray le pidió una vez que tomó conocimiento de las imágenes que Tzareff se las llevara. También otros testigos confirmaron los mails con los pedidos de datos que le hicieron a Tzareff y la reunión que éste tuvo en AFIP con Echegaray y otros funcionarios.
El fiscal de juicio Sergio Mola dijo que “si bien no se descartó la posible participación de terceras personas en el hecho que resulta objeto de estudio, cierto es que sin la realización de la conducta desarrollada por el imputado, las imágenes en cuestión no hubiesen sido difundidas”.
“Daniel Santanna reconoció que le requirió las imágenes a Tzareff por pedido expreso de quien fuera Director de la AFIP y que como lo mencionó el justiciable en su declaración, existió una reunión entre Echegaray, alguno de sus asesores y el aquí imputado en la que éste hizo entrega de las imágenes en cuestión”, expuso el juez en su veredicto.
“Es decir, que se encuentra demostrado que Tzareff entregó a terceras personas una información que le está vedada revelar y que fue ilegítima”, concluyó en su sentencia en lA cual ordenó seguir investigando qué personas filtraron las imágenes de Nisman en su arribo a la Argentina aquel día.