“Ella se puso a llorar cuando le conté. Estaba sorprendida. No lo podía creer”, señaló Soledad Deza, la abogada de la joven que había sido condenada a 8 años de prisión por homicidio doblemente agravado por el vínculo y por alevosía pese a que ella sostenía que había tenido un aborto espontáneo.
La Corte Suprema de Justicia de Tucumán ordenó este martes que Belén, la joven tucumana que estaba condenada y detenida luego de tener un aborto espontáneo sea puesta en libertad, mientras que Soledad Deza, se abogada defensora, contó que la mujer “recibió la noticia llorando y feliz”.
“Ella se puso a llorar cuando le conté. Estaba sorprendida. No lo podía creer”, compartió Deza que habló por teléfono con la joven, mientras realizaba los trámites para concretar la libertad de Belén que se produjo anoche. Los jueces Antonio Gandur, Antonio Estofán y Daniel Posse firmaron la resolución “y continúa en estudio la revisión de la condena”, explicó Deza. Además, dispusieron que las actuaciones regresen a la Sala III de la Cámara Penal, que la había condenado a 8 años de prisión en marzo por homicidio doblemente agravado por el vínculo y por alevosía, mientras la Corte resuelve la cuestión de fondo, según fuentes judiciales.
“Si bien se resolvió el pedido de liberación de Belén, nosotros vamos a seguir pidiendo que se revoque el fallo, porque aún no se trató la cuestión de fondo”, resaltó la directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina, la abogada Mariela Belsky.
La profesional consideró que su liberación “es un gran avance” y que “se hizo justicia”.
Belsky anticipó que “seguiremos insistiendo con la anulación de un fallo injusto y haciendo campañas para conseguir que se revoque y si eso no sucede llevaremos el caso a instancias internacionales en noviembre”. Belén es una joven de 27 años que el 21 de marzo de 2014 llegó, junto a su madre, al hospital Avellaneda de la capital tucumana con dolores estomacales, los médicos le administraron calmantes y estuvo aproximadamente dos horas internada en la guardia.
Según consta en la denuncia de su abogada, Belén sufrió una hemorragia, le diagnosticaron un “aborto espontáneo incompleto sin complicaciones” y allí “comenzó su calvario: acusaciones, sospechas y finalmente, la cárcel”.
En un baño del hospital encontraron un feto que médicos, policías y funcionarios judiciales le adjudicaron a Belén. Nunca se realizó un estudio de ADN que demuestre la relación entre el feto y la joven. De hecho, ese estudio no se pudo llevar a cabo porque el feto “desapareció”,
En ese momento le dictaron prisión preventiva, la condenaron y fue llevada presa al Penal de Santa Ester.
Cuando el caso se hizo público, se conformó la Mesa para la Libertad de Belén, compuesta por 40 organizaciones de un arco político variado, mientras que a nivel mundial, Amnistía Internacional recogió más de 120.000 firmas que respaldaron el pedido de libertad.
Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales exigieron que “se tomen medidas para la inmediata liberación de Belén en virtud de las violaciones que se cometieron, sin respetar estándares internacionales de derechos humanos”. Además, la Red de Profesionales de la Salud por el Derecho a Decidir, solicitó al gobierno tucumano que inicie sumario a todos los profesionales que atendieron a Belén.
El viernes último, miles de personas se movilizaron en distintos lugares del país con la consigna “Libertad para Belén” para reclamar que se anule la condena judicial por homicidio que mantiene presa hace dos años a la joven tucumana, siendo las concentraciones porteñas y en Tucumán las más multitudinarias. “No vamos a celebrar la libertad de Belén hasta no verla fuera de la cárcel”, señaló, Marta Alanis de Católicas por el Derecho a Decidir, organización a la que pertenece Deza, que “hizo un trabajo impecable”