En un nuevo caso de gatillo fácil y racismo institucional en Estados Unidos, policías blancos dispararon e hirieron a un terapista ocupacional negro que estaba desarmado y con los brazos en alto en medio de una calle en pleno día en Miami tratando de ayudar a un paciente autista, según un video difundido este jueves.
El video fue difundido por el canal de televisión local 7 News, mostró cómo Charles Kinsey estaba tirado boca arriba en el medio de la calle, con los brazos en alto, al lado de su paciente que jugaba con un pequeño camión de juguete.
En las imágenes se lo escucha explicarle la situación a los policías que lo apuntan y lo amenazan con disparar.
“Sólo es un auto de juguete, no hacen falta armas. Soy un terapista ocupacional y él es un paciente que sufre de autismo”, repitió una y otra vez Kinsey con voz clara y tono calmo.
Sin embargo, al menos uno de los policías le disparó en una pierna cuando se puso de pie.
Inmediatamente dos oficiales corrieron hacia él, lo pusieron boca abajo, buscaron un arma y, cuando no la encontraron, lo esposaron y lo detuvieron igual, según relató el propio Kinsey desde la cama de un hospital.
Horas después, el Departamento de Policía del distrito norte de Miami confirmó el caso de gatillo fácil en una conferencia y prometió investigar.
Según el comunicado oficial, los policías respondieron a un llamado de alguien que denunció que una persona estaba sentada en plena calle con un arma. En realidad, la persona era el joven autista que se había escapado del centro donde lo cuidaban y en su mano tenía un camión de juguete, no un arma.
Este nuevo caso de gatillo fácil se suma a otros dos sólo este mes, que terminaron con dos muertes, una en Baton Rouge, Luisiana, y el segundo en Saint Anthony, Minnesota, y que alimentaron un clima nacional de protestas y tensión racial, que terminó de escalar con los recientes ataques de ex soldados negros contra policías en Baton Rouge y en Dallas, Texas.
En el último año, los asesinatos de ciudadanos negros, en su mayoría desarmados, a manos de policías blancos desataron protestas masivas y, en algunos casos, hasta incidentes y pequeñas batallas campales en el corazón de varias ciudades estadounidenses.
Muertes como estas no son nuevas en Estados Unidos; sin embargo, desde el asesinato de Michael Brown, un joven negro de Ferguson, Missouri, a manos de policías blancos en agosto de 2014, las comunidades afroamericanas en el país han decidido responder saliendo a las calles para pedir justicia y cambios reales.
En lo que va del año, más de 500 ciudadanos murieron por disparos de policías en servicio en Estados Unidos, entre ellos 123 negros, según un relevamiento realizado por el diario The Washington Post.