Un hombre será recompensado económicamente por los insultos de sus médicos.
Un hombre recibirá medio millón de dólares tras sufrir acoso y burlas por parte de sus médicos mientras se sometía a una colonoscopia en Estados Unidos. La víctima alega que grabó el procedimiento para poder acordarse de las indicaciones de los médicos y tras denunciarlo, un juez ha determinado que deberá ser compensada por el acoso recibido.
El suceso ocurrió en abril de 2013 en un centro quirúrgico en Reston, Virginia, justo a las afueras de Washington. El paciente, al saber que le iban a anestesiar, decidió encender la grabadora de su teléfono móvil para que al acabar la operación se acordara de todo lo que el médico le dijera, según ha declarado al diario The Washington Post. De camino a casa, el hombre pulsó play y quedó anonadado. Los comentarios insultantes y las bromas burlescas se seguían.
Pero eso no fue todo. Los médicos también sortearon quién hablaría con el paciente tras la operación. Incluso anotaron que el hombre tenía hemorroides sin poder confirmarlo. El hombre también fue acosado verbalmente mientras estaba sedado. Ingham, tras anestesiarle, le increpó diciendo: “A los cinco minutos de empezar a hablar contigo en la consulta ya quería pegarte un puñetazo para que dejaras de ser un gallina”.
En otra ocasión, una asistente médica comentó que el hombre tenía un sarpullido, a lo que la anestesióloga, Tiffany M. Ingham de 42 años, respondió que no lo tocara y dijo, sarcásticamente, que “probablemente es tuberculosis en el pene, así que no te pasará nada”. El médico, Soloman Shah, de 48 años, se unió a las risas añadiendo que “con tal de que no sea Ébola, puedes estar tranquila”.
El hombre, residente de Vienna, Virginia, otro suburbio de la capital, denunció a Shah y a Ingham por acoso verbal y difamación. Normalmente la información que hablan los médicos entre sí es privilegiada. Sin embargo, la difamación para considerarse como tal no tiene que ser extensamente publicada y la defensa de la víctima argumenta que había al menos otra persona, aparte de los médicos, en la sala. Los abogados del paciente pidieron 1.75 millones de dólares como compensación, pero el juez le ha acabado concediendo 500,000 dólares. La anestesióloga, el médico y sus respectivos centros abonarán esta suma de dinero.
La defensa de los médicos denunció la posible ilegalidad de grabarles mientras trabajan. Sin embargo, el juez apuntó que Virginia es un estado donde se aplica el “one-party consent”, o consentimiento unipersonal, queriendo decir que sólo una persona de las que presentes en un lugar debe estar de acuerdo con la grabación.
Ingham ha perdido su trabajo y según The Washington Post se ha mudado al estado de Florida. Hasta el momento, la junta ejecutiva de médicos de Virginia no ha aplicado ninguna acción disciplinaria contra ellos.