Los asaltantes pedían al ministro que abandonara «su lugar, su barrio», en referencia al vecindario de Exarhia, en el que habitan anarquistas, estudiantes y residentes de clase media.
Las revueltas de Baltimore dejan cada día cientos de historias personales que merecen ser contadas. Una de ellas es la de una mujer que ha perseguido y abofeteado a su hijo tras descubrir que estaba tirando piedras a los policías en las revueltas de Baltimore.
En San Juan, una mujer advirtió en Facebook sobre la presencia de un sospechoso en la salida de un colegio. Ahora afronta un proceso civil por haberlo acusado sin pruebas